Caminito de Teror

CAPÍTULO XXV

 

 

 

¡Qué bonito es mi Teror,

qué hermoso luce su altar

con la Virgen pequeñita

reina de cielos y mar!

Hermínia Naranjo

 

 

 

Panorámica del centro de Teror.
Juanito Guedes en su camino a Teror en compañía de sus amigos

 

 

Desde su segundo año en la Selección Juvenil de Luis Molowny, cuando es nombrado el mejor jugador en los dos encuentros ante la Selección de Tenerife y el amistoso con la Selección Guipúzcoana, los rectores de la U.D. Las Palmas piensan seriamente en su contratación comenzando a gestionar su fichaje con el Porteño.

Juanito Guedes siempre había dicho que la única posibilidad de abandonar el Porteño era si el club de sus amores lo llamaba, estando esta estipulación recogida en el contrato. Sentía mucho dejar el Porteño de Tamaraceite, donde dejaba a todos sus amigos y a su novia Georgina, que vivía en el municipio, pero la U.D. Las Palmas era el club su vida y desde niño soñaba vestir sus colores algún día.

Juanito Guedes, hacia prácticamente su vida en Tamaraceite y raro era el día de la Virgen del Pino que no fuera con sus amigos peregrinando a visitarla. Se conocían todos los atajos de Tamaraceite a Teror y en un corto tiempo se ponían en la villa mariana. Su devoción a la Virgen y su simpatía por la villa mariana la demostraba asistiendo a sus romerías cada vez que el fútbol y sus obligaciones se lo permitían.

 

 

Calle Real de Teror.

 

Fachada de la basílica de Nuestra Señora del Pino, Teror a principios de los 60.

 

En la imagen Nuestra Señora La Virgen del Pino en su camerino luciendo sus mejores galas.

 

 

Monseñor Socorro párroco de la basílica de la Virgen del Pino en el municipio de Teror.

Había hecho la promesa de acudir caminando hasta su altar y así se lo había prometido a su novia Georgina, aunque las fechas no coincidieran con las Fiestas del Pino.

Una vez firmado el contrato se puso en marcha con algunos amigos que quisieron acompañarle.

Al llegar a la fuente agria repusieron fuerzas. También visitarían la tienda de Roquito, frente a la fuente donde desayunaron. Roquito había jugado con Tonono en ‘El Tigre’ y cada vez que su tienda de aceite y vinagre era visitada por los peregrinos, les contaba todos los pormenores de la excursión de Juanito Guedes a Teror,  con la finalidad de cumplir su promesa con la Virgen del Pino.

 

Una vez en Teror, entró directamente a la iglesia donde fue monseñor Socorro quien le recibiría, toda una institución en la villa mariana y vinculado a la U.D. Las Palmas desde su fundación. Seguidamente lo subiría al altar mayor donde estaba la Virgen y le regalaría una medalla de oro de la Virgen del Pino, que Juan agradecería con reconocimiento y fervor.

Tras los rezos y oraciones de rigor, ya a las puertas de la iglesia, una gran multitud que lo había reconocido le pedirían autógrafos deseándole toda clase de suerte. Juanito Guedes solía decir que aquella visita y el regreso a Tamaraceite cantando con sus amigos fue uno de los días más felices de su vida.

Todavía no había debutado y la expectación y curiosidad en torno a su figura eran enormes.

 

 

 

 

 

 

 


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