LA INCORPORACIÓN DE NUEVOS JUGADORES TRAE CONSIGO UNA TRAYECTORIA DESCENDENTE
DEBUT DE LA U.D. LAS PALMAS EN LA COPA DE CIUDADES EN FERIA (COPA DE FERIAS) ANTE EL HERTHA DE BERLÍN
DIMISIÓN DE LUIS MOLOWNY TRAS VIVIR MOMENTOS ESTELARES EN EL CLUB
Se iniciaba la pretemporada 1969/70 con el Trofeo Colombino de Huelva,
el viaje a la isla de Madeira para enfrentarse al Nacional y superar al Tenerife Atlético en el Trofeo Inca.
En el Bodegón del Pueblo Canario se distinguía al extremo amarillo León con la Copa Quillet,
por ser el máximo goleador de la campaña anterior.
En el mismo acto, el defensa Tonono recibiría un coche de la marca Ford y el balón de oro de la casa Ron Guajiro etiqueta negra
como el jugador más regular.
En el capítulo de contrariedades, la baja del pundonoroso delantero José Juan que había sufrido un tirón muscular ante su antiguo equipo.
En el caso del jugador tinerfeño, su inesperada lesión no sólo truncaba sus esperanzas de comenzar la liga
en la formación titular ante el Elche, sino la ilusión de participar en la primera competición jugada por un club isleño a nivel
europeo, como era la Copa de Ferias ante el Hertha de Berlín.
Sin embargo, todo no iban a ser malas noticias: el espigado medio isleño Juanito Guedes
era indultado por la Real Federación Española de Fútbol tras su sanción.
El entrenador Luis Molowny había comentado a diferentes medios informativos a pié de campo, la probabilidad de concentrar quince jugadores, de los que sólo podrían participar trece.
En cuanto a nuestro primer rival, no era otro que el correoso equipo ilicitano del Elche, dirigido por Roque Máspoli,
con varios internacionales en sus filas, entre los que destacaban Ballester y Asensi, convocados a la Sub-23 por Ladislao Kubala.
Paralelamente, el conjunto alemán del Hertha de Berlín era esperado con la mayor expectación, hospedándose en el Hotel Reina Isabel de nuestra ciudad.
La UD Las Palmas tendría por consiguiente tres encuentros en una semana. El debut en competición liguera ante el Elche, que como todos los encuentros de aquellas décadas tras la instalación de luz artificial, eran jugados los sábados por la noche. Al siguiente miércoles nuestra participación en la Copa de Ferias por primera vez en la historia y por último ante el conjunto colchonero del Atlético de Madrid en el estadio del Manzanares.
El entrenador canario Luis Molowny, previniendo la sensible baja de José Juan, había ubicado en su demarcación al ex artesanista Trona, jugador de otras características pero siempre peligroso de cara al gol por su gran altura y corpulencia.
El equipo volvía a concentrarse en el Hotel Santa Brígida, lugar de hospedaje por antonomasia de la UD Las Palmas, pernoctando allí desde el viernes con la finalidad de recibir al Elche, hasta el jueves de la semana siguiente, dado su compromiso europeo con el Hertha de Berlín.
Hasta la temporada anterior 1968/69 era el bravo defensa Aparicio quien realizaba la función de capitán. Sin embargo, al ser sustituido en la alineación por el tinerfeño Martín II, dejaba su cargo a su inseparable amigo Juanito Guedes, quien llevaría el brazalete de capitán ante el conjunto ilicitano.
Otra buena noticia para el once amarillo era el debut del también ex artesanista Guillermo Hernández, lateral izquierdo que había causado una inmejorable impresión en la Liga Interregional con el Aficionado.
La UD Las Palmas concentraba en este primer partido de liga a los siguientes jugadores:
Oregui, Catalá, Martín II, Tonono, Hernández, José Luis, Castellano, Guedes, Menchu, León, Lemes, Gilberto II, Trona, Germán y Gilberto I.
El técnico Luis Molowny distribuía las habitaciones de la siguiente forma:
Oregui-Catalá
José Luis-Lemes
Tonono-Guedes
Martín II-León
Castellano-Germán
Gilberto I-Gilberto II
Hernández-Trona
Menchu-José González (masajista)
El Secretario General del club, Jesús García Panasco, y Luis Molowny ocupaban habitaciones individuales.
Aunque todo dependía del entrenador del momento, algunos de los jugadores, ya fuera por antigüedad, afinidad o grado de amistad, solían tener sus preferencias que por regla general contaban con la aceptación del técnico.
Por norma, todos los porteros con los que ha contado el club desde la época fundacional han ido siempre juntos. En este caso, ante la ausencia de Ulacia, el recién incorporado guardameta Catalá, compartiría la habitación con Oregui. El lateral zurdo José Luis, muchacho extrovertido y bromista, ausente de la alineación titular, no le importaba emparejarse con el novato Paco Lemes en su primera concentración.
Sería innecesario significar que Guedes y Tonono, los más veteranos del grupo, eran inseparables tanto dentro como fuera de la cancha.
Con Martín II y León o Castellano y Germán sucedía algo parecido aunque con mayor flexibilidad.
Por último, el joven Menchu, que había realizado grandes campañas en el Aficionado y San Antonio, agradecía la compañía del veterano masajista José González.
LUIS MOLOMNY
En mis conversaciones con Luis Molowny en el Real Club Náutico de Gran Canaria, donde solíamos compartir mesa y mantel, me diría con relativa frecuencia: «En rigor, el fútbol me produce en la actualidad nostalgia y en ocasiones evito ver los encuentros por televisión, y mucho menos presenciar los enfrentamientos en directo. En puridad, bastante tengo con los compañeros que acuden diariamente al Club Náutico y me dicen: -ya de la inauguración en Chamartín del Bernabéu, sólo quedan dos jugadores, Ipiña y tú”-. Como es natural, la vida pasa y transcurre tan fugazmente que apenas puedes darte cuenta del paso del tiempo.
«Aún me parece ayer cuando estampaba mi firma por el club marinista, en la antigua sede de León y Castillo, cuando el club era presidido por Eufemiano Fuentes.
Se podrán decir muchas cosas. Tenía un temperamento muy fuerte, pero en realidad fue como un padre para mí, llevándome a vivir a su casa y me trataría como a un hijo. No puedo negar la verdad de los hechos. Soy una persona ajena al mundo de la política o por lo menos no he tenido nunca ninguna militancia. En casa de Eufemiano Fuentes sólo se hablaba del Marino Club C.F, institución que nunca podré olvidar, ya que representó todo en mi vida».
Conocí a Luis Molowny desde muy niño, cuando en compañía de mi padre íbamos a presenciar los encuentros de la U.D. Las Palmas en el Estadio Insular.
Cuando tras subir nuestro equipo a Primera División en memorable encuentro ante el C.A. Málaga, la corporación cabildicia presidida por Matías Vega Guerra, asumiría la compra del Estadio Las Palmas pasando a denominarse Estadio Insular.
Nuestro recinto deportivo sería completamente remozado y ampliado, dotándolo de césped a efectos de estar en perfectas condiciones para nuestro debut en Primera División ante el Real Madrid, un 9 de septiembre de 1951.
La U.D. Las Palmas había configurado una plantilla basada en jugadores y entrenadores canteranos, como se recoge en los documentos fundacionales del club. Se había configurado un equipo a imagen y semejanza del Athletic de Bilbao, con jugadores y entrenadores de la tierra que representarían dignamente al fútbol canario.
Todo ello, era muy hermoso y patriótico, y no dejaba de ser una identificación emocional para todos los que queremos profundamente a nuestra tierra y nuestro fútbol, tan diferente al de la geografía peninsular.
Si bien es verdad que, nuestro equipo se formaría con aquellos pocos jugadores que habían quedado en nuestros clubes regionales, tras el éxodo masivo de nuestras mejores figuras a la península, siendo sorprendente su trayectoria meteórica, no es menos cierto que las diferencias existentes entre ambas categorías eran abismales y tan pronto comenzó el campeonato liguero pudimos darnos cuenta de ello.
Primer encuentro de la U.D. Las Palmas en Primera División ante el Real Madrid un 9 de septiembre de 1951
Era la primera vez que Luís Molowny se enfrentaba a la U.D. Las Palmas. Fue un encuentro accidentado con el derrumbe de la grada curva que originó numerosos heridos, teniendo que ser evacuados a centros sanitarios de nuestra capital.
Con Luis Molowny, que era por aquellos años la figura del Real Madrid hasta la llegada de Alfredo Di Stéfano, venía también Roque Olsen, que estuvo a punto de fichar como jugador en la U.D. Las Palmas y el canario Cabrera.
Luis Molowny, como siempre, marcaba su gol ante el equipo amarillo.
Los rectores del club, presidido en aquellas fechas por Eufemiano Fuentes, trataron de paliar la situación con la contratación de jugadores foráneos: Luciano, Nagy y Pepín…
La filosofía primigenia de nuestro equipo, a imagen y semejanza del Athletic de Bilbao, había pasado a mejor vida a pesar de los nuevos fichajes. Nuestro equipo descendería a Segunda División ese mismo año, siendo una estrella fugaz en la Primera División.
Estadio Insular
9 de septiembre 1951
U.D. Las Palmas Real Madrid
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De cuando se derrumbo el muro de la grada curva.
En la temporada 1954-55 la U.D. Las Palmas retornaría a la División de Honor.
La U.D. Las Palmas y el Real Madrid vivirían emocionantes jornadas, durante la década de los 50 en el campeonato liguero,
no pudiendo el equipo amarillo vencer al cuadro merengue en ninguno de los encuentros disputados.
Jugadores del Real Madrid de la década de los cincuenta que han sido entrenadores de la U.D. Las Palmas .
En esta ocasión, prevenidos de nuestro primer descenso, nuestro equipo se refuerza con jugadores de un mayor nivel como fueron los casos de Verde, Marcial, Castellanos, Ricardo, Juanito Vázquez y Sanz, más con la estimable colaboración de jugadores canarios como Beneyto, Beltrán, Torres, Naranjo, Macario, Gallardo…
De igual forma se habían contratado los servicios de un técnico experimentado como Satur Grech, teniendo a Luis Valle como asesor técnico.
Luis Molowny regresaría de nuevo vistiendo los colores de Real Madrid, para volver a ser decisivo para su equipo en la temporada 1954-55. El Real Madrid llegaba con sus mejores fichajes militando en las filas del Real Madrid, Alfredo Di Stéfano.
La U.D. Las Palmas realizaría un gran encuentro con un excelente marcaje de Ignacio a “la saeta rubia” que no pudo con el bravo defensa de la Isleta en ningún momento.
Se celebraba ya la victoria en el graderío faltando muy poco para la finalización del encuentro, cuando se produce un centro del Real Madrid que al intentar blocar Pepín el balón es empujado hasta el fondo de la portería por el defensa Marquitos, el balón queda botando suelto, oportunidad que aprovecha Molowny para establecer el empate. Tras pitar el gol y subir el marcador, el colegiado Sr. Rivero Lecuona da por finalizado el encuentro.
El escándalo sería monumental, teniendo que ser escoltado el árbitro por los guardias de asalto a vestuarios.
Gol fantasma de Molowny. El día 9 de enero de 1955, el equipo amarillo fue privado de una clara victoria sobre el Real Madrid por el colegiado Andrés Rivero Lecuona. Cuando todos los aficionados canarios cantaban victoria en el entrañable recinto de Ciudad Jardín, el cuadro merengue consigue el tanto del empate por medio de Molowny en clarísima falta, al ser desplazado en su salida el guardameta Pepín por el central madrileño Marquitos.
Era la primera vez que habíamos podido vencer al Real Madrid en competición liguera y tendríamos que esperar casi dos décadas para hacerlo.
Luis Molowny vendría una vez más en un partido de Copa del Generalísimo donde recibiría un trofeo en el palco de autoridades. Sin embargo, sus apariciones en el Real Madrid eran cada vez más esporádicas. Se perfilaba aquel gran equipo liderado por Alfredo Di Stéfano, que se habría de proclamar pentacampeón de Europa con una delantera que al día de hoy no ha sido superada: Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento.
Enconados duelos entre Gilberto Beneyto y Alfredo Di Stéfano
La expulsión de Alfredo Di Stéfano
Victoria por 4 tantos a uno del Real Madrid ante la UD Las Palmas en un encuentro de Copa del Generalísimo, en el Estadio Insular. Al final del encuentro el jugador canario en las filas del Real Madrid, Luis Molowny, es homenajeado por la afición. Con posterioridad se produciría el traspaso del jugador merengue a la U.D. Las Palmas.
Llegada de Luis Molowny a la U.D. Las Palmas
En la temporada 1957-58 la U.D. Las Palmas decide contratar los servicios del técnico Ignacio Urbieta, entrenador que venía precedido de un gran palmarés en la Real Sociedad, trayéndose con él a Ulacia, al que conocía desde juveniles.
Luis Molowny mandó a construir una gasolinera en Ciudad Jardín frente a la Clínica Santa Catalina, inaugurándola cuando vino el Real Madrid con Villalonga. El denominado ´Mangas´ había recibido un popular homenaje por parte del club blanco y su intención era dejar el fútbol como jugador en activo y dedicarse a su negocio de la calle León y Castillo.
La U.D. Las Palmas había fichado a jugadores como Alfonso Silva o Rafael Mujica y aún no estando en sus mejores momentos habían cumplido, dejando destellos de su gran categoría futbolística.
Luis Molowny no estaba en un momento óptimo, arrastrando varias lesiones y con exceso de peso.
En un principio, según se recoge en los documentos del club, rechazaría la oferta, pero ante la insistencia de la directiva y considerando que el fútbol había sido todo para él, fichó por una temporada dado que sus negocios requerían toda su atención.
Luis Molowny jugaría sólo tres encuentros con la U.D. Las Palmas, debutando ante el Sevilla (22-12-57) marcando además un precioso gol, Valencia y R.C.D. Español.
Los deficientes resultados del entrenador Urbieta precipitan su cese del técnico vasco.
Los rectores de la entidad piensan en Luis Molowny para llevar las riendas del club de forma interina, hasta la llegada de un nuevo entrenador la temporada siguiente.
Luis Molowny, de este modo se convertiría en el único entrenador jugador de la historia del club.
Brillantes encuentros ante el Atlético de Madrid y Real Valladolid
Después de un brillante encuentro ante el Atlético de Madrid, la situación se tornaba grave con los últimos resultados, llegando a un último encuentro realmente dramático con el Real Valladolid, donde ambos conjuntos se jugaban la permanencia en Primera División, ganando la U.D. Las Palmas por tres tantos a uno, en un encuentro excelente de los amarillos dirigidos por el maestro Alfonso Silva que marcaría dos tantos.
La U.D Las Palmas había jugado con anterioridad uno de sus más brillantes encuentros ante el Atletico de Madrid.
«La venganza de Alfonso Silva»
Maravilloso gol del canterano Felo
Con la cuña del mismo palo.
El partido se vivió bajo una pasión indescriptible con un Estadio Insular hasta la bandera y un público exultante que coreaba el nombre de Luis Molowny, que era alzado a hombros por sus jugadores. Luis Molowny había cumplido su promesa.
ESTADIO INSULAR
4 de Mayo de 1958
U.D LAS PALMAS REAL VALLADOLID
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Su negocio de la gasolinera que comenzaba a tener una gran aceptación, le esperaba con posterioridad.
Dos años mas tarde, la Federación Regional de Fútbol de Las Palmas presidida por Daniel Massanet Plomer, le designa como nuevo entrenador de La Selección Juvenil de Las Palmas, tras la dimisión de Carmelo Campos, por ser incompatible con sus numerosos cargos como auxiliar del primer equipo, entrenador del equipo B (suplentes) denominado en aquella época ´La Vela Chica´, además de la coordinación de toda la cadena de filiales de la U.D. Las Palmas.
Transcurría la temporada 1959-60, cuando Luis Molowny aceptaría el cargo, al no requerir plena dedicación. Su auxiliar Antonio Velázquez, se dedicaría a captar los mejores jugadores en edad juvenil y él solo tendría que entrenarlos en cortos periodos de tiempo, antes de comenzar el torneo que se resumía en enfrentarse a cuatro selecciones a efectos de conseguir el campeonato. Por otro lado, Luis Molowny tenía ya toda la información posible de los contrarios, tras un arduo trabajo de Antonio Velázquez, que sin restarle méritos a Molowny, se constituiría en el auténtico alma máter de todos los chicos en edad juvenil.
En la misma temporada 1959-60, tras el cese del técnico francés Marcel Domingo, Luis Molowny es llamado por segunda vez al primer equipo de la U.D. Las Palmas, con la finalidad de salvar al equipo del descenso. Sin embargo, no tuvo apenas margen de tiempo, no logrando el anhelado objetivo.
Segundo año de Juanito Guedes en la Selección Juvenil con Luis Molowny como entrenador.
CONVERSACIONES CON LUIS MOLOWNY
Conocí personalmente a Luis Molowny en su negocio de la gasolinera y nuestro trato no pasaba de ser muy superficial. Era la típica relación entre cliente y propietario. Esta relación podía llegar en ocasiones un poco más allá, dado que conocía a mi padre que había tenido como paciente a su señora y a uno de sus hijos.
No obstante, era una persona de pocas palabras y dada la gran diferencia de edad y mi natural timidez me llegaba a intimidar.
Con el paso de los años y mi entrada en la U.D. Las Palmas todo tomaría un giro inesperado. Mis viajes a Madrid con el equipo y el permanecer en la capital de España durante dos meses realizando un trabajo en conjunto con el Diario Marca sobre la historia del club, me dieron la posibilidad de verlo a diario. El exjugador de la U.D. Las Palmas, Manolo Pantaleón y yo éramos muy buenos amigos, al igual que con toda su familia. Cada vez que iba a Madrid en solitario, venia a recogerme al aeropuerto ofreciéndome alojarmiento en su casa.
Dado que tenia un cargo relevante en la Asociación de ex jugadores del Real Madrid, pasaba todos los días a buscarme para ir a la Sede Social.
Alfredo Di Stéfano, a quien yo conocía de tantas comidas con el club, era el presidente y no faltaba un día a la cita, a la que se incorporaba Luis Molowny durante sus estancias en Madrid. Todos los días Pantaleón me llevaba a la asociación y allí pude intimar con muchos jugadores que no solían ir a los almuerzos de las directivas.
Me sorprendió la forma de ser de Luis Molowny y su gran sencillez. No era una falsa modestia o política de gestos, sino su propia personalidad. Persona prudente y educada sabia en todo momento cuando callar o decir la frase correcta.
No le gustaba hablar de sus excelencias y hazañas, prefiriendo alabar las virtudes de los demás.
De regreso a Gran Canaria, teniendo ya cierto nivel de amistad tanto con él como con su hijo Raúl, muy parecido a su padre, nos citaron varias veces en la sede social del Marino C.F., con motivo de algún aniversario del club. La sede, en su itinerante deambular, estaba en esos momentos en la calle Murga, con el viejo piano en la parte superior y los trofeos y banderines del club que nos transmitían a un pasado ancestral.
Allí, rodeado de antiguos jugadores marinistas ya desaparecidos, su presidente Sr. Hernández, Carmelo Campos y Luis Molowny, me notificaron el desahucio que tenia el club y la posibilidad de conservar todo su patrimonio en la sede social de la U.D. Las Palmas cita en la calle Pio XII, número 29 de nuestra ciudad. Se acordaría reunirnos de nuevo con la finalidad de encontrar una salida al antiguo club de ´fuera la portada´ que terminaría saliendo de su hábitat natural para trasladarse a una zona de reciente creación en la Feria del Atlántico, que no guardaba ninguna analogía con el Marino.
Tras mi conferencia en su momento en la sede de la calle Murga, con posterioridad tuvo lugar otra sobre Carmelo Campos en el Recinto Ferial a la que acudiría Luis Molowny. Fue allí donde hablamos por primera vez de su época dorada en el club amarillo, con Juanito Guedes como centro neurálgico de la conversación.
Me dijo que no salía mucho y cuando lo hacia era para ir al R.C. Náutico de Gran Canaria donde tenia una tertulia a diario con sus amigos.
También solía frecuentar el gimnasio y una parte de la piscina donde hacia ejercicio físico. En realidad, compartíamos mesa y mantel en muchas ocasiones, pero casi siempre en compañía de numerosos amigos que me impedían hablar con él en privado. Entonces, decidimos vernos a media mañana al fondo de la terraza, lugar poco frecuentado. De todas mis reuniones he hilvanado algunos recuerdos sobre sus reflexiones y comentarios acerca de Juan Guedes y su época triunfal en el club.
En una ocasión, Luis Molowny me diría: ´Transcurría la temporada 1959-60 de nefasto recuerdo para mi, cuando me hablaron por primera vez de Juanito Guedes. Yo había aceptado el cargo de entrenador en la Selección Juvenil y Antonio Velázquez y Carmelo Campos me daban los informes pertinentes de los jugadores. En el caso de Carmelo Campos, al ser coordinador de filiales conocía perfectamente a los juveniles del último año y Antonio Velázquez era una especie de captador omnipresente. Recuerdo que se sabia los datos mas inverosímiles de cada jugador. Estando en el local de la Federación, me habló de un chico al que le quedaban dos años de Juvenil, que había visto jugar en Tamaraceite y era un verdadero fuera de serie.
Le dije que quería verlo, pero el tiempo se nos vino encima y nos daban solamente una semana para preparar a la selección juvenil antes de nuestra primera eliminatoria con la tinerfeña en el Heliodoro Rodríguez López.
Por regla general, los chicos de último año ya están más formados y tenian una mayor experiencia. En esas edades, la diferencia de edad suele notarse sustancialmente y tiene que tratarse de jugadores que realmente marquen una gran diferencia para desplazar a los de mayor edad.
Las sesiones de entrenamiento eran en la Ciudad Deportiva, Martín Freire y en el Antonio Rojas.
Antonio Velázquez tenia mucha fe en Juanito Guedes y ambos nos dimos cuenta que tenia una zurda fantástica.
Probamos en un partidillo y lo alineamos de interior izquierdo cayendo en banda desde donde lanzaría un tiro impresionante que entraría por el mismo ángulo. Antoñito Velázquez no paraba de decirme: ¡Te lo dije Luis, es extraordinario!
Yo tenia en mente a Pepe Chano Vera Palmés, dado que lo había visto jugar en el Estadio.
Era un extremo con una habilidad y regate excepcional y no digamos su visión de juego y rapidez. Un chico que de no haber sido por una inoportuna lesión jugando en la playa de Las Alcaravaneras, lugar que todos los del barrio frecuentábamos, habría llegado con toda seguridad al primer equipo.
Le faltaba quizá un poco de fondo físico y pensamos que alineando a Juanito Guedes en la primera parte y en la segunda a Pepe Chano como revulsivo, podríamos sorprender al conjunto tinerfeño.
Ambos sabían la estrategia antes del encuentro. No es cierto que cambiara a Juanito Guedes por los silbidos del público, ni por haber jugado un mal encuentro.
La misma mañana antes del encuentro salía de mi casa en Pi y Margall, cuando me encuentro a Pepe Chano Vera Palmés camino de la Iglesia del Pino. Le conté cual era nuestro plan y él puede dar veracidad de ello.
¿Qué sucedió? En la vida todo no sale como has planeado. Yo reconozco que nunca había visto jugar a Juanito Guedes, ni de medio volate ni en otra demarcación.
El chico no estaba acostumbrado a jugar en césped y salió algo nervioso. Los silbidos del público, muy exigente aquella jornada, le afectaron sobremanera perdiendo confianza. En el primer tiempo, todos los jugadores estaban rindiendo por debajo de su nivel y perdían muchos balones. La defensa tinerfeña era rápida y expeditiva y se adelantaba casi siempre a nuestras acciones.
En la segunda parte, tras los consejos de rigor, todo el partido fue nuestro y merecimos la victoria.
No suelo quejarme de los árbitros, pero lo que viví aquel día no lo había visto en toda mi trayectoria deportiva.
Pido disculpas por perder los papeles y entrar en el campo de aquella manera, algo inusual en mi, pero ante tal atropello no pude contenerme.
Un jugador del Tenerife había entrado en plancha a nuestro defensa Carlos y el colegiado, como es normal, pita falta a nuestro favor, colocando el balón fuera del área donde se suponía se iba a sacar la falta.
Ambos jugadores habían caído al césped, tras la plancha quedando trabados. Carlos que había caído debajo, trata de zafarse quitándose al otro jugador de encima.
Entonces, de forma sorprendente, el colegiado retira el balón de donde iba a sacar la falta uno de nuestros jugadores y lo coloca en el punto de penalti cambiando de opinión y pitándonos una pena máxima.
El altercado de orden público fue mayúsculo, deteniéndose el juego mucho tiempo.
Estábamos a punto de derrotar al Tenerife y salimos eliminados. Aún en la actualidad no encuentro razones para creerlo, ya que no se trataba de un fallo arbitral sino de una decisión salomónica incomprensible.
Sé que fui muy criticado por alinear a Juanito Guedes en aquella posición en la primera parte, sin embargo, había sido alineado en esa demarcación por el equipo del Porteño y con posterioridad en la Selección Juvenil con el entrenador nacional Eusebio Martín y nadie había dicho nada.
Al año siguiente, fue seleccionado de nuevo y le había cambiado hasta el carácter.
Lo alineé como medio volante y sus actuaciones fueron excelentes, siendo nombrado como nuestro mejor jugador y llamado a la Selección Nacional Juvenil. Sin embargo, volvíamos a caer eliminados de nuevo por otro penalti injusto en Tenerife.
Juanito Guedes asombraría a propios y extraños en los dos encuentros y ya todos sabíamos que aquel chico sería una auténtica figura del fútbol, como así sucedería con posterioridad.
El chico que vino el segundo año no tenia nada que ver con aquel joven reservado y tímido. No paraba de hablar y dar bromas.
Recuerdo cuando a los nuevos al llegar al aeropuerto los hizo pesar, diciéndoles que era una medida reglamentaria.
Estuvimos a punto de que nos echaran del aeropuerto (risas) ¡Los chicos asombrados en aquellas grandes pesas! Cada vez que lo recuerdo o lo comento con alguien me tengo que reír.
Me confesó muchas veces, cuánto le hubiese gustado haber formado parte de aquel equipo que se había proclamado Campeón de España, de alguna u otra forma había jugado con todos y tenia a dos compañeros como Santiago, el guardameta y Lolín que habían jugado con él en el Porteño.
LUIS MOLOWNY Y JUANITO GUEDES SE ENCUENTRAN DE NUEVO
Habrían de pasar seis años para encontrarnos de nuevo.
Yo había seguido dirigiendo a la Selección Juvenil y él se había convertido en una de las figuras de la U.D. Las Palmas, habiéndose proclamado Campeón Mundial con la Selección Militar.
En la U.D. Las Palmas había tenido como entrenadores a Casimiro Benavente, Paco Campos, Rosendo Hernández, Vicente Dauder- con quien ascendería a Primera División- y Juanito Ochoa.
Como siempre, me tocaba lidiar con la más fea. Había logrado salir airoso en la temporada 1957-58, sustituyendo a Ignacio Urbieta, pero no había podido hacer nada tras la marcha de Marcel Domingo, cuando era también seleccionador juvenil.
El equipo estaba enterrado en la clasificación y yo apenas tenía tiempo en tan pocas jornadas de cambiar la situación.
Se descendía a Segunda División en la temporada 1959-60, tras seis años de auténtico esplendor en Primera División, que en la década de los cincuenta la formaban grandes equipos con jugadores de leyenda.
En esta ocasión, la situación del equipo también era bastante compleja.
Transcurría la temporada 1966/67 y faltaban sólo tres jornadas de Liga de donde debíamos obtener cinco puntos para la salvación.
Había tenido una larga conversación con Juanito Ochoa, a quien conocía desde hacia muchos años.
Juanito Guedes había jugado todos los encuentros de Copa y Liga y recuerdo que Ochoa me habló maravillas de él, considerándolo uno de los mejores jugadores que había entrenado en su larga trayectoria como profesional, destacando igualmente su dimensión humana. Tengo que reconocer que gran culpa de aquel milagro – ganamos a todo un Barcelona, empataríamos en Sarriá ante el Español y vencíamos en casa al Deportivo de La Coruña- se la debo a Juanito Guedes. Yo siempre suelo decir a mis amigos que era un jugador multiplicado por tres. Y es que Juan no era solo un futbolista, sino que les hablaba a los compañeros levantándoles el ánimo, cuidaba todos los detalles y a la hora de meter la pierna, era el primero.
Hay jugadores que son peones y otros arquitectos y los dos son iguales de válidos dado que ninguno de los dos puede hacer el trabajo del otro.
Ernesto Aparicio, Tonono o José Luis podías ponerlos de defensa, pero no en la demarcación de Guedes o Germán, al igual que este último no lo podías ubicar en la defensa, porque no tenia aptitudes para ello,dado su juego creativo. Juanito Guedes, sin embargo, podía ser peón y el mejor arquitecto a la vez, y creo que por ello era un jugador tan completo. ¡Ya quisieran todos los entrenadores tener en sus filas a Juanito Guedes!
Recuerdo a Miguel Muñoz, compañero en el Real Madrid durante tantos años, cuando hablábamos tras aquellos disputados encuentros, me decía: ´¡Luis, ¡ese jugador, Guedes, es medio equipo!´
La gente exagera un poco cuando dice que yo los mandaba a jugar como querían. Sí, es verdad que nunca me ha gustado atiborrar al jugador con discursos interminables ya que al final los confundes.
Como diría Baltasar Gracian: «Lo bueno, si breve, dos veces bueno».
Por otro lado, cada jugador tiene una personalidad diferente y si bien a alguno tienes que darle un coscorrón -es broma- a otros tienes que pasarles la mano y alabar sus virtudes, para hacerle crecer su autoestima.
Juanito Guedes era de carácter fuerte, pero le afectaba mucho que en el Estadio Insular nos silbaran. Necesitaba del cariño de su afición.
Fue uno de los jugadores más queridos porque dejaba en la cancha hasta la última gota de sudor.
Recuerdo, que en una ocasión estaba picado con un jugador y yo estaba viendo venir la expulsión, conociendo al colegiado que nos pitaba. Me levanté del banquillo y le hice una observación. En la trifulca y con los nervios del encuentro me hizo un gesto mandándome callar. Entramos al vestuario y yo no le dije nada, esperando cual sería su reacción.
Tan pronto llegó, me dio un abrazo diciéndome: ´Perdóneme mister, por mi gesto y mi mala educación, no volverá a ocurrir´.
Así era Juanito Guedes, un jugador con un enorme corazón».
Entrenamiento en el Estadio Insular con Luis Molowny
Tres imágenes de un entrenamiento de Luis Molowny en el recinto de Ciudad Jardín con Juanito Guedes.
Fue la primera vez que vi a Luis Molowny emocionarse.
Por un momento no sabia si seguir o dar por concluida la conversación.
Después de una larga pausa me dijo: ´Como persona destacaría su sinceridad y lealtad. También su bondad, ya que su sentido de amor al prójimo lo veías a cada momento en sus generosas acciones.
Con la llegada de Gilberto II, nosotros no teníamos que temer a ningún equipo.
Aquel centro del campo con Juanito Guedes saliendo desde cualquier demarcación, Gilberto II limpiando toda la zona central y Germán con su juego creativo en una demarcación más atacante, era una delicia verlos jugar. Luego estaban los espadas del equipo, como José Juan, que se peleaba con su sombra no dando un balón por perdido y la profundidad que tenían Gilberto I y León, entrando por banda o Martín II, cuando se incorporaba al ataque como falso extremo. Era aquel un equipo de ensueño muy difícil de contener para cualquier contrario.
Teníamos igualmente una retaguardia muy compensada con Ulacia y Oregui, como guardametas y Tonono y Castellano en defensa, eran insuperables. La clase de Tonono y su inteligencia en el terreno de juego, la he visto en pocos jugadores. En cuanto a Castellano, era un torrente de energía en los marcajes al hombre y su facilidad en el juego aéreo. Cada vez que subía a rematar, los entrenadores de turno gritaban a sus jugadores porque entraba a pecho descubierto con una fuerza increíble.
La demarcación que más cambié sería en los laterales, pero tanto Aparicio como Martín I y José Luis cumplieron perfectamente. Con la llegada de Martín II, que había venido actuando de interior, pensé que por su agresividad y rapidez , se podía convertir en un buen defensa y falso extremo como así sucedería.
No disponíamos de un banquillo numeroso, pero afortunadamente aquellos jugadores no se lesionaban casi nunca.
Otro futbolista que quizá ha sido poco valorado era Niz, dado que realizaba grandes encuentros cubriendo mucho campo. Tenia un carácter un poco arisco y tenias que saberlo llevar y olvidarte de llamarle la atención. Era muy generoso en el esfuerzo y en el fondo una buena persona, muy solidario con sus compañeros.
Sobre las tragedias de Juanito Guedes y Tonono no deseo hablar. Los vi llegar desde juveniles dos años consecutivos. Siempre estaban juntos siendo tan diferentes.
Estoy seguro que donde quiera que estén nos estarán escuchando, ambos sabían hasta Latín´.
Con una sonrisa, me despedí de Luis Molowny prometiendo vernos en el R.C. Náutico con Alfonso Silva en días sucesivos.
Inauguración de la temporada 1969/70 ante el Elche.
En el partido de apertura de la liga la UD Las Palmas golea al Elche por cinco tantos a uno.
En el encuentro inaugural del campeonato, el equipo amarillo doblegaba al conjunto ilicitano, infringiéndole una abultada goleada.
Se enfrentaban nada más y nada menos que el subcampeón de liga –U.D. Las Palmas- y el subcampeón de Copa del Generalísimo –Elche CF- con una inmejorable entrada de público.
Aunque se esperaba vencer al Elche, equipo siempre difícil y correoso, nadie podía pensar en una victoria tan contundente y rotunda.
El once canario jugó un encuentro completo superando al Elche en todos los aspectos.
Si bien es verdad que nuestro equipo lució a lo largo de todo el encuentro, no es menos cierto que la primera mitad fue para enmarcar, pródiga en excelentes jugadas que deleitaron a los aficionados.
El centro del campo amarillo rendiría a la perfección, elaborando jugadas que surtían a los espadas del equipo León y Gilberto I, que penetraban con mucho peligro por sus respectivas bandas. Ambos fueron una pesadilla para los laterales, Ballester y Canós, que se veían impotentes de frenar sus veloces acometidas.
El capitán, Juanito Guedes, sería de nuevo el catalizador del gran juego amarillo, recogiendo desde atrás el balón para introducirse en la zona de creación y lanzar centros milimétricos a los extremos o entregar a Germán, quien nos deleitaría con un fútbol de gran calidad.
La victoria del conjunto amarillo se fraguó desde los comienzos del partido al recibir Gilberto I un pase en profundidad de Juanito Guedes. El extremo amarillo se fue en velocidad de Ballester, batiendo al meta Araquistain que iniciaba su salida.
El segundo tanto canario registraría algo de polémica, protestando los jugadores ilicitanos airadamente el posible fuera de juego de Gilberto II. Éste llegaba a la conclusión del primer periodo. Reanudado el juego, a los 68 minutos llegaría el tercer gol, obra de Trona, al rematar un tiro de Gilberto I, que se le había escapado de las manos al meta visitante.
Diez minutos habían transcurrido de este tercer gol cuando Germán, en jugada individual, establecía el cuarto de la noche. El quinto y último se inicia con la clásica incursión del lateral Martín II como falso extremo por la banda derecha, centrando el balón a media altura para que Gilberto I, que venía en carrera, introdujera el balón en la red.
Concluido el tiempo reglamentario, en los segundos de prolongación, Asensi obtendría el gol de la honrilla para su equipo, cabeceando el balón con gran maestría.
Una vez concluido el encuentro, el entrenador ilicitano Máspoli entraría al terreno de juego con objeto de felicitar a nuestros jugadores, gesto que apreció el respetable premiándole con una gran ovación.
Espías del Hertha de Berlín en el Estadio Insular.
El gerente del Hertha de Berlín, Sr. Yakubke, asistiría al encuentro acompañado de su paisano Sr. Robert. Ambos tuvieron palabras de elogio hacia el conjunto canario, destacando la línea media amarilla compuesta por Castellano y Guedes.
Dedicado a todos aquellos lectores que desean ahondar en la hermosa historia e intrahistoria de la entidad.
La llegada del Hertha BSC Berlín.
La correspondencia de la Copa de Ciudades en Feria entre la UD Las Palmas y el Hertha de Berlín
sale por primera vez a la luz.
Carta del periodista Carlos Bibrian ofreciendo información del Hertha de Berlín al entrenador de la UD Las Palmas, Luis Molowny
Traducción de la carta en alemán del Herha de Berlín, en la parte superior, informando a la UD Las Palmas sobre su desplazamiento a la isla.
En una carta, deteriorada por el transcurso del tiempo, el periodista afincado en Colonia Carlos Bibrian informa sobre el encuentro
Rot Weiss-Hertha de Berlín, jugado con anterioridad.
Telegramas del gerente del CF Barcelona, Juan Gich, y del Delegado Nacional de Deportes, Juan Anntonio Samaranch,
deseando toda clase de éxitos a nuestro equipo en la eliminatoria con el Hertha de Berlín.
El día 14 de septiembre de 1969 llegaba el Hertha de Berlín, rival de la UD Las Palmas en la Copa de Ferias, al aeropuerto de Gando,
marchando rápidamente a su lugar de concentración en el Hotel Reina Isabel del Puerto de La Luz.
Acompañaban a la expedición varios directivos del equipo y su entrenador Sr. Helmut Kronsbein.
Al día siguiente entrenarían en el Estadio Insular en sesión matinal, realizando ejercicios diversos y un partidillo a lo largo del campo, dejando entre los presentes una buena impresión.
El Hertha desplazaría a diecisiete jugadores en su totalidad: Gross y Fraydl, guardametas; Gross L.,
Patzke, Witt, Enders y Ferenl, defensas; Altenderif, Gayer e Ipta, medios y Steffenhagn, Brunsq, Horn, Kriegl, Weher y Bredenfeld, delanteros.
Llegaba la primera confrontación internacional de nuestro equipo. Después de muchos contratiempos nuestro club era incluido en Budapest
en el seno de la Copa de Ciudades en Feria, más adelante denominada UEFA, por estar tutelada por este organismo.
Contratiempo inesperado ante el Hertha de Berlín.
Los atacantes isleños no pudieron doblegar la férrea defensa alemana.
Juanito Guedes, de nuevo expulsado.
En declaraciones efectuadas por el equipo alemán en los días previos al encuentro, ya nos dejaban entrever la posibilidad de obtener un resultado positivo,
aunque fuera una derrota por la mínima.
El equipo alemán nos daba un claro ejemplo de sinceridad, modestia y deportividad. Sinceridad al no esconderse a la hora de pedir acreditación y palco con la finalidad de presenciar el encuentro UD Las Palmas-Elche; su petición fue sin tapujos ni máscaras de incógnito, como tan acostumbrados estamos en el fútbol español; modestia porque a pesar de ser un equipo que integra la Primera División alemana y con varios internacionales en sus filas, fueron extremadamente moderados y respetuosos en sus declaraciones ;
deportivos porque aunque laboriosos en las tareas defensivas y disciplina táctica, no se emplearon con dureza o malas intenciones.
El Hertha vino con un planteamiento defensivo aunque al ver cómo transcurría el encuentro adelantaron sus líneas llevando rápidos contraataques al área pequeña donde Oregui se mostraba muy atento y seguro.
El eje central del once alemán nos dejaría una impresión inmejorable, cortando todos los balones que llegaban a su área con suficiencia y energía. También habría que significar que los atacantes isleños erraron una y otra vez, cargando el juego por el centro y rara vez por las bandas.
El equipo alemán superaba en rapidez al once canario, anticipándose en la mayoría de los balones divididos y mayor velocidad de sus extremos.
No se debe, a nuestro entender, participar en un torneo europeo de tanta solera y prestigio como la Copa de Ferias -con todo lo que ello representaba para nuestra ciudad- jugando a medio gas y con una lentitud extremada. Era nuestro debut oficial en un torneo europeo y quizás por ello los aficionados saldrían de nuestro estadio algo decepcionados.
Ni que decir tiene que después de este primer encuentro favorable a los intereses del equipo alemán, la vuelta en Berlín se hacía muy cuesta arriba para nuestros jugadores. Si a ello se le añade la nueva expulsión de Juanito Guedes…
Resultaba realmente difícil de entender que a un jugador que venía de una fuerte sanción y después de titánicos esfuerzos para conseguir la anulación de su inhabilitación, cayera de nuevo en el mismo error, dejando al equipo con diez jugadores en el terreno de juego.
El caso tomaba proporciones alarmantes debido a la reincidencia, ya que este jugador era el capitán que debía en todo momento dar ejemplo de mesura y tranquilidad.
Sin embargo, no justifiquemos en este incidente el bajo rendimiento del equipo, ya que la expulsión de Juanito Guedes tuvo lugar a mediados del segundo tiempo, que, paradójicamente fue cuando se jugó mejor.
En esta fase final del encuentro el interior tinerfeño Gilberto II, se crecía ante la adversidad tratando de sustituir el hueco dejado por nuestro capitán.
Si bien es verdad que en estos minutos finales nuestro equipo tuvo alguna oportunidad, especialmente en aquella posible mano del defensa Witt ,que el árbitro portugués Díaz Nunes, no consideró intencionada, no es menos cierto que las mejores ocasiones de gol las tuvo el equipo del Hertha y que gracias a la actuación de Oregui, muy seguro toda la noche en sus intervenciones y salidas anticipándose a los delanteros germanos, pudimos capear el temporal.
La retaguardia canaria formada por Oregui, Martín, Tonono y Hernández sería la más regular.
Ante la atenta mirada del árbitro José Rosa Díaz Nunes, los dos equipos presentarían las siguientes formaciones:
UD Las Palmas: Oregui; Martín II, Tonono, Hernández; Castellano, Guedes; León, Gilberto II, Trona, Germán y Gilberto I.
Hertha de Berlín: Fraydl; Enders, Witt, Patzke; Gross L., Ferschl; Altendorff (Bredenfeld), Ipta, Horr, Gayer y Stoffenhaguen.
Radio Atlántico retransmitía el encuentro en la voz del entrañable locutor Pascual Calabuig.
Visitantes isleños en el Hotel Internacional.
La expedición amarilla volvía a su lugar de concentración para esperar su viaje a Madrid, a efectos de medir sus fuerzas con el Atlético.
El equipo canario se hospedaría como siempre en el Hotel Internacional. Con la expedición amarilla había venido el doctor Tomé en compañía de su esposa, habituales en los viajes del equipo desde la llegada de Luis Molowny.
Los jugadores Martín y Gilberto I eran duda hasta última hora aunque todos los expedicionarios esperaban su concurso. De todas formas el técnico canario había manifestado que con la expedición viajaría el defensa José Luis y el extremo Lemes que podían suplir perfectamente sus puestos.
Un gran número de visitantes isleños se daban cita en el hotel de concentración de la UD Las Palmas para saludar a la expedición canaria. Entre ellos destacaban dos antiguos miembros de la Ponencia de Fusión y Primera Gestora del club como eran Francisco Naranjo Hermosilla, de negocios en Madrid, y Luis González Vera, actual delegado de natación de la UD las Palmas, que regresaba de Barcelona, donde había asistido a los campeonatos de España de natación.
De igual forma, el ex entrenador del equipo amarillo Arsenio Arocha, residente en la capital de España, los directivos Pedro Valido Benítez, segundo representante del equipo isleño en Madrid tras la marcha de José Luis López, Atilio Ley Duarte y Fernando Arencibia; el ex jugador de la UD Las Palmas, Julián Mesa, que por aquellas fechas defendía los colores del Avilés y, sobre todo, muchos estudiantes en busca de localidades.
La U.D. Las Palmas, líder de Primera División tras derrotar al Atlético de Madrid en el Estadio de Manzanares.
Soberbio gol de León desde difícil ángulo dando el balón en los dos postes antes de entrar en la red.
En las postrimerías del encuentro Trona, que sustituía a José Juan, establecía el tanto de la victoria canaria.
El equipo amarillo realizaría un gran primer tiempo con brillantísimos viente minutos iniciales bajo la dirección de Germán Dévora.
En la primera fase, la UD Las Palmas pudo aumentar su ventaja marchándose al descanso con una victoria holgada, dado que a pesar de las grandes individualidades atléticas, la superioridad técnica del conjunto isleño fue evidente.
Habían transcurrido diez minutos de juego cuando Guedes recibe el balón y tras adelantarlo unos metros pasa a Germán, que regatea a Iglesias y Jayo, tirando raso a la izquierda del guardameta rojiblanco Zubiarrain, quien despeja el balón al lugar donde se encontraba León,que venía en carrera, rematando con gran habilidad a la red. El balón da en un poste, en otro, y finalmente se cuela en la red.
Pudo entonces la UD las Palmas sacar más provecho de su dominio absoluto, dado que poco después del gol de León, un excelente cabezazo de Gilberto II, anticipándose a Jayo, saldría rozando el larguero.
Bien es verdad que se notó la ausencia de Martín II ya que Hernández no era lateral derecho ni tenía la facilidad de proyectarse en ataque como el defensa tinerfeño. En la banda izquierda, José Luis le fue cogiendo el tono al encuentro sin salir de su demarcación habitual ya que Ufarte tendía a ir al centro. El líbero canario, Tonono, al igual que Castellano y el meta Oregui realizaron un excelente encuentro.
En el segundo tiempo se produciría un bajón en los amarillos.
El guardameta Oregui se convertiría de nuevo en el héroe de la jornada. A todo ello habría que sumar la expulsión de Germán, al repeler una agresión de Iglesias que había estado incurriendo en alevosas entradas todo el encuentro. Se daba la circunstancia que tras la expulsión de Juanito Guedes ante el Hertha de Berlín, Germán era el segundo jugador expulsado en cinco días.
A los pocos minutos de la expulsión, todo el Atlético en campo canario bombeaba balones sobre el área de Oregui. El balón llega a la línea media donde Gilberto I inicia una veloz galopada advirtiendo la situación de Trona, que con gran zancada había llegado al área rojiblanca. El extremo le lanza un centro preciso que el ariete controla con gran maestría, para luego rematar con contundencia a puerta, de un tiro cruzado y raso, consiguiendo el tanto de la victoria.
Pasado el tiempo reglamentario, se produce un córner contra el marco canario. El balón no llega a despejarlo Oregui y es rechazado por Hernández, flojo, ante varios jugadores atléticos, cayendo finalmente a los pies del extremo Alberto, que aprovecha para marcar.
En definitiva, buen triunfo del equipo amarillo ante la presencia de muchos seguidores canarios, preferentemente soldados de Aviación de la Base de El Pinar de Valladolid.
Ante la presencia del árbitro del colegio extremeño, Pedro Sánchez Ibáñez, los equipos presentaron las siguientes formaciones:
Atlético de Madrid: Zubiarrain; Melo, Jayo, Calleja; Irureta, Iglesias (Orozco); Ufarte, Luis, Gárate, Adelardo (Juan Antonio) y Alberto.
UD Las Palmas: Oregui; Hernández, Tonono, José Luis; Castellano, Guedes; León, Gilberto II, Trona, Germán y Gilberto I.
Por aquellas mismas fechas, Hernández y Trona, eran llamados a la concentración de Kubala. Las dos jóvenes promesas canarias estarían en la lista definitiva de la Sub-23 para el partido con Italia.
El Real Madrid concita una gran expectación a su llegada a la isla.
Con el vicepresidente Sr. Lasarreta como jefe de la expedición, acompañado del directivo Sr. Mariano Urzáiz, duque de Villahermosa,
viajaban con el entrenador Miguel Muñoz, el masajista Legido, encargado de material y un total de quince jugadores:
Betancor, Junquera, Calpe, De Felipe, Sanchís, Babiloni, Pirri, Zoco, Fleitas, Amancio, Grosso, Velázquez, Gento, José Luis y Grande.
El equipo elegía esta vez el Hotel Helios como lugar de concentración.
La UD Las Palmas subía como siempre a Tafira, hospedándose en el Hotel Santa Brígida, lugar de tantos recuerdos para el equipo isleño.
Los jugadores concentrados serían los siguientes:
Oregui, Catalá, Martín, Hernández, Tonono, José Luis, Castellano, Guedes, Niz, León, Gilberto II, Trona, José Juan, Gilberto I y Menchu.
Como bien nos narraba el estimado periodista Antonio Lemus en su crónica titulada “Cada día” – tantos años en la página de deportes- la UD Las Palmas recibía al Real Madrid bajo un clima de gran expectación y la desconfianza de no haber ganado al Real Madrid en toda su historia deportiva. La vez que más cerca habíamos estado de ello fue en la temporada 1954/55 después de nuestro retorno a Primera División, cuando a pocos minutos del final y con ventaja en el marcador, un clamoroso desplazamiento de Marquitos a Pepín propiciaba el gol de Luis Molowny que igualaría la contienda.
En el Madrid todos eran caras conocidas ya que habían jugado en el Estadio Insular tanto en el equipo blanco como en anteriores equipos. El paraguayo Fleitas era sin duda la novedad ya que la campaña anterior había jugado con el Málaga, colocándose al final de la temporada en uno de los primeros puestos de la clasificación de goleadores.
Como espectador de excepción en este encuentro, el seleccionador Ladislao Kubala, que en recientes fechas había convocado a los canarios Trona y Hernández para el partido ante Italia en la categoría Sub-23.
23 de septiembre 1969
Tras un comienzo fulgurante con ventaja de dos goles en el marcador, la U.D. Las Palmas termina perdiendo el encuentro.
Paco Castellano desaprovecha la ocasión de marcar al fallar un penalti.
La U.D. Las Palmas, tras treinta y cinco minutos de gran juego, se vino abajo físicamente.
El Real Madrid mandó a placer en el segundo tiempo ante las enormes deficiencias físicas del equipo canario.
Ni los más antiguos aficionados de nuestro equipo daban crédito a lo que estaban presenciando.
Por primera vez en la historia, la UD Las Palmas se ponía con dos goles de ventaja a la media hora de juego ante el todopoderoso Real Madrid. Fue entonces cuando llegamos a creer en la posibilidad de derrotar al conjunto merengue, rompiendo el maleficio de anteriores confrontaciones a lo largo de la historia.
En la primera media hora de juego, la superioridad del equipo canario fue absoluta. La tripleta que cubría el medio campo, formada por Juanito Guedes, Gilberto II y Martín II, bordó un fútbol de auténtica clase, partiendo desde la línea defensiva para distribuir a los espadas isleños, León y Gilberto I, que estuvieron rápidos e incisivos, llevando mucho peligro al área del Madrid.
Cuando sólo iban transcurridos cinco minutos de juego, Martín II avanza por la derecha en posición de falso extremo y centra hábilmente al extremo León que se desplazaba habitualmente hacia el centro. El balón llega a las inmediaciones de Gilberto I quien ve la posición de León como auténtico ariete y bombea el balón al área, cabeceando el siete amarillo a la red.
Tras el gol, el equipo blanco trata de deshacerse de la presión de nuestros jugadores pero se ven impotentes ante el juego galvanizado y profundo de los amarillos que siguen creando situaciones de gol.
Fruto de este intenso dominio llega el segundo gol, al recibir Guedes un balón en el vértice izquierdo del campo. El denominado “Mariscal amarillo” avanza hacia la portería madridista y su centro-chut se cuela en la red de forma inesperada. El estadio es un auténtico clamor.
Los madridistas, perplejos ante aquella avalancha, se reprochaban su desorden en el terreno de juego donde todas sus líneas eran continuamente desbordadas por nuestros jugadores. Sin embargo, un encuentro de fútbol tiene noventa minutos de duración y la UD Las Palmas había realizado un esfuerzo titánico la primera media hora de juego.
Tras el segundo gol, lejos de acrecentarse y adquirir mayor confianza, el equipo se descompuso, observándose un sensible bajón en su juego. Las líneas comenzaron a replegarse y perder balones en la zona de creación. El nerviosismo parecía atenazar a nuestros jugadores.
Cuando sólo faltaban siete minutos para la finalización de la primera mitad, el delantero madridista Grosso, completamente libre de marca, de gran disparo desde fuera del área, raso y cruzado, bate a Oregui, logrando reducir distancias en el marcador. El gol, a tan pocos minutos de la finalización del primer periodo debió tener un efecto psicológico ya que sirvió para insuflar y dar ánimos a los jugadores merengues y llevar el desánimo y nerviosismo a los locales.
La UD Las Palmas, a pesar de ir por delante en el marcador, veía peligrar su ventaja, desmoronándose por momentos y comenzando a fallar en todas sus líneas.
La segunda parte sería la antítesis de la primera ya que el Madrid se erigía en dueño y señor del encuentro.
La zona ancha del campo, que en la primera mitad había estado colosal con Martín II, Guedes y Gilberto II, no podía en ningún momento con la visión de juego y rapidez de Pirri, Grosso y Velázquez.
Con un juego vertical basado en paredes y abrir el juego a las bandas, el equipo merengue desbordaba una y otra vez al equipo canario, que cada vez se mostraba más cansino y lento en todas las líneas.
Fruto del dominio constante del Madrid llegaba el segundo gol, obra de Velázquez, en una jugada genial sorteando a Martín II, Guedes, Castellano y Tonono para colocar el balón al ángulo cuando el guardameta Oregui, iniciaba la salida.
El empate caería como un jarro de agua fría en la afición isleña, mostrando su malestar increpando a los jugadores. Era en cierta medida lógico. La decepción era absoluta después de ir ganando el encuentro cómodamente. La desmoralización se hacía patente no sólo en los jugadores sino en el repleto graderío que presentaba el Estadio Insular.
Para agravar más la situación, vino después el penalti que el árbitro apreció en el área canaria, transformando magistralmente por el veterano extremo Gento.
Sin embargo, la decisión del Sr. Tejerina al apreciar igualmente mano en el área blanca llevó de nuevo la esperanza a las alicaídas huestes amarillas y a una afición que esperaba impaciente la reacción del equipo.
Pero de salvar al menos un punto se pasa al naufragio más absoluto y todo hacía prever que el Madrid aumentaría su cuenta en el casillero.
La pena máxima más comentada en toda la historia del club.
El penalti fallado por el secante amarillo Paco Castellano ante el Real Madrid ha sido posiblemente la pena máxima más comentada en toda la historia del club, abriéndose todo tipo de debates y conjeturas sobre el mismo, la mayoría de ellas totalmente infundadas, haciendo mucho daño tanto al jugador como al técnico Luis Molowny.
Habría que remontarse a la semana previa al partido para comprender la auténtica verdad del caso.
El jugador Paco Castellano no sobresalía precisamente por sus virtudes técnicas pero en los entrenamientos eran muy pocos los que le superaban en los lanzamientos de las penas máximas. El entrenador, Luis Molowny, había venido ensayando durante toda la semana y el jugador lucía el promedio más alto de goles efectuados de penaltis salvo el especialista del equipo, Germán Dévora, que por castigo federativo se veía imposibilitado de participar en dicho encuentro.
Paco Castellano lanzaba las penas máximas con una potencia extraordinaria y con aceptable precisión. En los entrenamientos efectuados aquella misma semana no había fallado un solo penalti, viéndose tanto Oregui como Catalá impotentes de atajar sus potentes disparos.
¿Pudo el técnico Luis Molowny elegir otro jugador? Sí, por supuesto, pero no sólo Castellano presentaba el mejor record de aciertos en los entrenamientos sino la predisposición a tirarlo, algo que muchos críticos y aficionados no se han planteado.
Como una falacia dicha mil veces, llega a convertirse en verdad.
Desde que fue difundida la crónica del fallo del penalti de Castellano al Real Madrid, la noticia correría como un reguero de pólvora por toda la ciudad, creando opinión en los aficionados que emitían criterios que iban en un principio de la realidad a la ficción.
También se ponía en tela de juicio la honorabilidad y honradez de Luis Molowny aduciendo su pasado y vinculación con el Real Madrid. Nada más falso y lejos de la realidad. Los que nos preciamos de haber conocido a Luis Molowny sabemos de su absoluta integridad tanto fuera como dentro de las canchas de juego.
Luis Molowny era auténtico paradigma en códigos deontológicos y de conducta y comportamiento. Un hombre incapaz de elucubrar el más mínimo pensamiento en contra de su club por mucho que se tratara del Real Madrid de sus amores.
De igual forma, se ha tergiversado y falseado la ejecución del penalti de Castellano con comentarios insidiosos y falacias de muy mal gusto. Críticas y lecturas como: “¡El penalti llegó a la Grada de Fedora! ¡El balón salió a las nubes!” fueron de las más benévolas con el ánimo de denigrar y desprestigiar a jugador y técnico.
En un rotativo leíamos la siguiente crónica: “A la red (Gento) y al limbo (Paco Castellano)”.
“¿Quién ordenó a Paco Castellano lanzar el penalti?”
“La verdad es que no lo decimos ahora, después del acontecimiento, sino que expresamos nuestra extrañeza en el momento mismo de ver que efectivamente, era Paco Castellano el que iba a lanzar el castigo, porque nos parecía anormal que lo hiciera él estando Guedes, Tonono o Gilberto II en el campo, que son jugadores con un magnífico toque de balón y dotados de temple y serenidad. Pero no sabemos por qué razón, Castellano fue el elegido para ejecutarlo”.
La auténtica realidad es que el balón salió lamiendo la base del poste derecho de la portería defendida por Betancort. Un disparo fortísimo que pudo haber entrado pero que se fue fuera por muy poco como se puede apreciar en las imágenes. La instantánea gráfica es una realidad insondable que se para en el tiempo para actuar como juez y verificar la auténtica verdad de los hechos.
Como prueba y testimonio de lo aquí expuesto, narramos la crónica de la información de otro periódico local escrita en términos que creemos muy rigurosos:
“La desgracia del penalti fallado colmaba la medida de la típica mala suerte ante el Madrid, pero ese penalti indudablemente mucho más severo que el señalado a Las Palmas, resultó absurdo que lo fuera a ejecutar uno de los jugadores de menos técnica y de menos serenidad también del equipo. Absurdo, vamos. Porque si en los entrenamientos lo ha venido haciendo bien, no es lo mismo sin público, sin responsabilidad, que en un partido trascendente. El experimento de Castellano como lanzador de penaltis no ha podido ser más penoso y desdichado y tiró la falta como cabía esperar dado su estilo de jugador ausente de calidad. Allí, en el terreno de juego, estaban otros compañeros como Juanito Guedes y Martín, mucho más cualificados para lanzarlo pero, en fin, ya no hay remedio”.
Hemos escogido estas narraciones como prueba y testimonio de los comentarios vertidos sobre el penalti ejecutado por el jugador.
Con el transcurrir de los años la rumorología ha ido incrementando la noticia, convirtiéndola en una hipérbole desmesurada, causando profundo daño y desprestigio en jugador y técnico. Ya es archisabido el dicho que “una mentira dicha muchas veces llega a convertirse en verdad”.
El último gol madridista llegaría en las postrimerías del encuentro en una combinación entre Gento y Amancio que este último aprovecharía para marcar.
En definitiva, un partido que dejaría muy mal sabor a tenor de cómo se había desarrollado la primera media hora de juego.
A las órdenes del árbitro Sr.Tejerina los equipos formaron con las siguientes alineaciones:
UD Las Palmas: Oregui; Hernández, Tonono, José Luis; Castellano, Guedes; León, Martín II, (José Juan), Trona, Gilberto II y Gilberto I.
Real Madrid: Betancort; Calpe, De Felipe, Sanchís; Pirri, Zoco, Fleitas, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento.
Actuaron como capitanes Tonono y Gento.
La opinión en la caseta local
“Comenzamos de forma excelente, pudiendo sentenciar el encuentro a nuestro favor. El Real Madrid se vio sorprendido con dos goles espléndidos de León y Juanito Guedes, pero está visto que con el Real Madrid no tenemos suerte. El equipo blanco corrió mucho en la segunda mitad y los encuentros duran noventa minutos. No comprendo la polémica que se ha originado sobre el penalti lanzado por Paco Castellano. En los entrenamientos era el mejor que los venía ejecutando y de ahí su elección para tirarlo. También otros jugadores como Juanito Guedes lo han tirado con signo negativo”.
La opinión en la caseta visitante:
Creo que los aficionados canarios han presenciado un gran encuentro. En la primera mitad, es justo decirlo, nos sorprendieron con dos goles. En la segunda parte mi consigna fue llevada a cabo a la perfección por los jugadores. Los encuentros se ganan luchando y corriendo más que el contrario.
Creo que el resultado ha sido justo, a tenor del juego desarrollado en los dos tiempos y sobre todo teniendo en cuenta que los puntos han sido conseguidos fuera de casa y ante un gran equipo.
El jugador Paco Castellano rememora la tan comentada pena máxima ante el Real Madrid
con serena objetividad y la perspectiva del tiempo.
Abordamos a Paco Castellano en un almuerzo que venimos organizando todos los años exjugadores y exdirectivos. Ambos hemos compartido muchos años en la UD Las Palmas, grandes alegrías, y por qué no decirlo, también amargos sinsabores, con conversaciones en la entidad, estadios de fútbol, viajes, hoteles, tertulias, y debo confesar que dado mi carácter retraído, por no herir su autoestima, nunca he tenido el valor de mencionarle aquel infortunio del penalti fallado. Una pena máxima que en otros equipos o con otros jugadores no hubiese tenido la mayor trascendencia pero que en este caso la rumorología lo ha convertido en un suceso desdichado de la historia del club, permaneciendo en la memoria viva y colectiva de todos los aficionados.
Por aquellos años, el autor que suscribe este artículo, cumplía el servicio militar en las fuerzas aéreas cuya base estaba instalada en el Paseo de Chil, a tiro de piedra del Estadio Insular. Me destinaron a la denominada Policía de Calle que tenía como una de sus obligaciones acudir a los partidos en el recinto deportivo cuando jugaba nuestro equipo representativo.
Por regla general nos colocábamos al lado de la portería de la Grada de Naciente que fue precisamente donde tuvo lugar la ejecución de la pena máxima. Pude ver a pocos metros la trayectoria del balón que pasaría lamiendo el palo derecho de la portería defendida por Betancor y cómo el esférico, después de impactar en una valla metálica, volvía de nuevo al campo de juego para ser recogido por la propia defensa madridista.
El pundonoroso defensa era reacio a hablar sobre el tema pero ante nuestra insistencia y la evidencia de la instantánea gráfica de Hernández Gil, accede finalmente con semblante de nostalgia de una dorada juventud que se nos va para no volver.
En un principio le costaba hilvanar la narración de los hechos, para tras una larga pausa exclamar: “ ¡Me resulta tan hiriente hablar de este tema!”
“Es un debate que me cansa y me ha hecho mucho daño a los largo de los años. Con humildad he de decir que soy el jugador canario de la UD Las Palmas con más partidos en Primera División en toda la historia del club y creo haber conseguido muchos logros importantes junto a mis compañeros. Era un equipo que jugaba de memoria. Por primera vez en la historia del club se pudo golear a equipos tan poderosos como el Barcelona, Atlético de Madrid o Español. Las gradas del Insular estaban a rebosar en cada encuentro y la afición gozaba como si se tratara de una auténtica fiesta. Resulta inadmisible que de tantas alegrías y triunfos que tuvimos en aquella época dorada del club, después de aquel fatídico partido, me saquen a colación solamente el penalti ante el Real Madrid.
Me duele por varias razones: en primer lugar, hemos visto en reiteradas ocasiones cómo los mejores jugadores del mundo en todas las épocas han fallado penaltis, algunos de forma consecutiva y nadie ha hecho el más mínimo comentario, sólo se hace referencia al mío y de forma irrespetuosa, hiriente y sesgada. Lo que argumentas en tu artículo sobre la famosa frase “una mentira dicha mil veces se convierte en verdad” es una pura realidad. Por otra parte no sólo implica el fallar un penalti sino los comentarios erróneos y desproporcionados que se han vertido por “profesionales” sobre la trayectoria del balón.
El caso es muy simple de contar y te agradezco mucho que me hayas proporcionado esta foto ya que una imagen vale más que mil palabras y todo lo que yo pueda decir.
La semana anterior a aquel encuentro habíamos jugado en el nuevo estadio de Manzanares ante el Atlético de Madrid, saliendo vencedores y aupándonos en el primer lugar de la clasificación, invictos, al haber goleado al Elche en el primer partido de liga. Sin embargo, en el encuentro ante el club colchonero, el defensa Iglesias no dejó de emplear toda clase de brusquedades con Germán al que inflamó un ojo de forma considerable. En una de tantas entradas alevosas, Germán repelió la agresión y fue expulsado del terreno de juego. Como consecuencia de dicha expulsión, a mi entender la única en su carrera deportiva, Germán, que era el especialista en tirar desde el punto de once metros, no pudo jugar ante el Real Madrid.
Nuestro entrenador, Luis Molowny, se esmeró más que nunca en practicar los penaltis, siendo yo el que mejores guarismos tenía. Todo ello lo saben mis compañeros que practicaron conmigo toda la semana. En el equipo había jugadores como Guedes, Martín II o Gilberto II que también podían haber sido los elegidos pero ellos, al ser más técnicos, trataban de colocar el balón y fallaban más que yo porque los porteros que teníamos en la plantilla como Oregui, Ulacia o Catalá le adivinaban en ocasiones sus intenciones. Yo, por el contrario, tiraba a romper y el balón iba con tanta fuerza que no tenían tiempo de pensar y detenerlo.
El entrenador, Luis Molowny, me llamó aparte y, mirándome fijamente, me dijo: “Si hay alguna pena máxima, usted es el jugador elegido para tirarla”. Era un hombre reservado y de pocas palabras. Yo le confirmé que los ensayos en los entrenamientos me habían dado mucha confianza y que no tenía ningún problema en ejecutarlos.
Cuando el árbitro se dirigió al punto de penalti no dudé lo más mínimo en coger el balón y mis compañeros, lejos de hacer algún ademán para quitármelo, me animaban y pedían que lo lanzara.
No tengo ninguna excusa por haberlo fallado pero todos los que conocieron el Estadio Insular saben que en el área pequeña el césped se mezclaba con la tierra y las raíces, había muchos desniveles. Influyen muchos condicionantes a la hora de tirar un penalti. El factor suerte, el estado del terreno, las prisas del árbitro, la trascendencia del encuentro y del marcador, y también Betancort, que era un especialista en detener penaltis y cubría mucha puerta.
Fui con gran seguridad al balón y tiré con toda mi fuerza. Con la potencia que iba el esférico, de entrar entre los tres palos, Betancort habría tenido muchas dificultades en detenerlo pero algo debió fallar, posiblemente la colocación del balón en el punto de penalti, ya que éste salió a media altura lamiendo el poste derecho, como se puede apreciar en la instantánea de Hernández Gil.
A partir de ese fatídico día la prensa comenzó a decir que el balón había traspasado la Grada de Fedora y había ido a las nubes creando opinión entre los aficionados que cada vez incrementaban mas la distancia.
Pero si las críticas me hacían daño y bajaban mi autoestima, más me dolían los comentarios vertidos sobre Luis Molowny, cuando argumentaban que me había elegido con la intención premeditada de fallar, dado su pasado y vinculación madridista. Todos los que conocimos a Luis Molowny sabemos de su honradez y honestidad. Era todo un ejemplo de integridad moral y profesionalidad y por todos estos valores le teníamos un profundo afecto y respeto, ¡era como un padre para los jugadores y el mejor entrenador que he tenido en mi dilatada trayectoria deportiva!”.
LA RAZON DE NO TIRAR JUAN GUEDES LA PENA MÁXIMA
Muchos aficionados y crítica en general se preguntaban las razones de la negativa de Juanito Guedes a tirar la célebre pena máxima ante el Real Madrid.
Las especulaciones iban de la ficción a la realidad. Juanito Guedes no puso ninguna objeción en ejecutar la pena máxima ante el equipo blanco. El jugador canario venia arrastrando una molestia en el bicep femoral y no era el más indicado para efectuar el lanzamiento.
El entrenador Luis Molowny dada la ausencia de Germán, que era por excelencia el máximo especialista en los lanzamientos, había sido sancionado ante el atlético de Madrid. Estuvo ensayando durante la semana penas máximas siendo Paco Castellano quien había obtenido la mejor puntación. Paco Castellano lanzaba los penaltis con una potencia fuera de lo común y a los guardametas se les hacia realmente difícil detener sus lanzamientos.
Llegaba la hora de la pena máxima, todo estaba hablado y Castellano no dudó en llevar el balón al punto de penalti. A nadie le pareció extraño dado que lo había demostrado con creces en los entrenamientos. No era la primera vez que jugadores orgánicos, defensas contundentes o incluso guardametas tiraran las penas máximas con eficacia. De estar en perfectas condiciones físicas Juanito Guedes o no estar sancionado Germán, posiblemente los hechos hubiesen sido diferentes aunque nadie se salva de errar una pena máxima.
En Berlín, en el partido de vuelta de la Copa de Ferias se daba por descontado la victoria del Hertha.
El corresponsal en Alemania del diario “As”, Eduardo Prado, publicaba una amplia información sobre el match:
¡ATENCIÓN LAS PALMAS!
EN BERLÍN SE DA POR DESCONTADA LA VICTORIA DEL HERTHA
SOBRE LOS CANARIOS EL PRÓXIMO DÍA PRIMERO DE OCTUBRE.
EL DIARIO “BERLINER MORGENPOST” EXPONE:
“EL HERTHA TIENE LA SARTÉN POR EL MANGO Y DEBE SEGUIR EN LA COMPETICIÓN”.
Mal se le han puesto las cosas a las U.D. Las Palmas con ese empate a cero registrado en el primer partido de la competición europea Copa Ciudades de Feria. Este primer contacto del equipo canario en torneos europeos, que es, prácticamente, como un bautismo para los discípulos de Luis Molowny, no ha podido tener un signo más adverso para los de las Islas Afortunadas, pues si bien ese empate sin goles no debe considerarse como una derrota, las posibilidades de obtener un resultado positivo el próximo día 1 de octubre frente al Hertha BSC Berlín en el Estadio Olímpico, son realmente muy escasas. Además, Las Palmas no podrá contar con el concurso de Guedes, expulsado en el minuto veintidós del encuentro por agredir con la cabeza al interior izquierdo berlinés Wolfgang Gayer. Es cierto que un empate a uno o más goles bastaría para que el conjunto canario se clasificara para la siguiente ronda, pero tampoco conviene olvidar que un triunfo mínimo de los berlineses supondría la eliminación del cuadro canario.
Tanto la afición de Berlín como la prensa deportiva de la antigua capital alemana se muestran muy optimistas con miras al encuentro de vuelta. En este sentido se manifiestan, poco más o menos, todos los periódicos de Berlín. Así, “Der Tagesspiegel” recoge las impresiones del entrenador del Hertha, Helmut Kronsbein: “Si un equipo como el mío ofrece el 1 de octubre, en el Estadio Olímpico, una actuación tan completa como la del primer encuentro en el Estadio Insular de Las Palmas, entonces no me queda la menor duda de que el Hertha continuará adelante en la competición Copa Ciudades de Feria”. El diario berlinés cita lo que a continuación traducimos para nuestros lectores: “Este 0-0 se consumó gracias a la extraordinaria labor del portero Gernot Fraydl y del defensa Enders, que fueron los jugadores más sobresalientes del Hertha. La delantera, por el contrario, desperdició inmejorables ocasiones de marcar, de manera especial Horr, Gayer y Steffenhagen. La ocasión más clara la tuvo Arno Steffenhagen a trece minutos del final. En su afán de salvar la salida del portero español Oregui, no pudo materializar el tanto. No debe omitirse que este empate fue obtenido contra diez jugadores españoles, ya que mediado el primer tiempo, el árbitro portugués, Rosa Díaz, decretó la expulsión de Guedes por agredir intencionadamente a Gayer. El imparcial trencilla lusitano no concedió posteriormente, un penalti al conjunto de Las Palmas, por estimar que el balón fue a dar involuntariamente al brazo de Uwe Witt. Esta decisión arbitral fue ruidosamente protestada por los 25.000 espectadores que presenciaron el partido. Después del descanso, el entrenador berlinés, Kronsbein, sustituyó a Altendorff por Bredenfeld”.
Por su parte el “Berliner Morgenpost” se expresa en los siguientes términos:”El Hertha BSC tiene la sartén por el mango y no debe desperdiciar la ocasión de clasificarse para la siguiente ronda. Las Palmas, después de sus sensacionales triunfos frente al Elche por 5-1 y por 2-1 contra el Atlético de Madrid en el estadio madrileño del Manzanares, no será un rival fácil. En el partido de ida, los subcampeones de España no fueron capaces de hacer tan siquiera un gol contra los berlineses, que se defendieron con uñas y dientes. El Hertha desaprovechó en este partido dos claras oportunidades de gol”.
“EL EMPATE EN LAS PALMAS ES COMO UNA VICTORIA”
Un tercer diario berlinés, el “Telegraf”, resume su impresión para el encuentro de vuelta de la forma siguiente: “El empate a cero en Las palmas es como una victoria. Casi un triunfo en toda la línea”. El rotativo berlinés subraya las palabras del presidente del Hertha: “Estoy gratamente sorprendido”. El señor Gerhard Bautz añade: “En la devolución de visita, el próximo 1 de octubre, el Estadio Olímpico se llenará hasta la bandera”.
Este es el ambiente que reina en Berlín. Ni los más pesimistas dudan que el Hertha eliminará a la Unión Deportiva Las Palmas. Hay confianza y se espera derrotar al cuadro canario. Todas las bazas están a favor de los berlineses, pero un partido de fútbol hay que jugarlo en sus noventa minutos, y quién nos dice que no serán los subcampeones españoles los que se lleven el gato al agua. El día 1 de octubre, la solución, con el permiso, claro está, del Hertha BSC Berlín.
Informa Eduardo Prado, corresponsal de As en Alemania.
El diario “Marca”, a su vez, publicaba:
El Hertha de Berlín, muy alemán en su técnica y condición física.
Así es el rival de la UD Las Palmas en la Copa de Ferias.
Puede ser peligrosos si las figuras del año pasado y las nuevas llegan a entenderse.
En estos meses puente entre la temporada futbolística que en junio terminó y la que en el próximo agosto se iniciará, el Hertha de Berliner Sport Club ha vuelto a dar que hablar. Del Hertha de Berlín puede decirse que con él siempre va el escándalo. Hace unos años –cuando por vez primera consiguió ser incluido en la Bundesliga- , por las adquisiciones que hizo, gastando exorbitantes cantidades de dinero (aunque nunca se supo cuánto); después, por ser condenado por la Federación Alemana al descenso, al no haberse mantenido dentro del capítulo económico que, en cuestión fichajes, tiene especificado la Federación; posteriormente, por proclamarse campeón sin derecho al ascenso y armar la marimorena en la revisión de su famoso “affaire”. Ahora, porque, en este verano, ha sido quien más numerosas –y valiosas- adquisiciones hizo, hasta convertirse de nuevo en “el coco” del mercado futbolístico alemán. Del Hertha, pues, es necesario hablar, en este caso de mi reportaje, por aquello que es rival, Copa de Europa de Ferias por medio, de las huestes de Luis Molowny.
UN EQUIPO CON HISTORIA.
A mí me gusta empezar las cosas por su justo principio. Debo mecanografiar, pues, que el Hertha es todo un veterano del fútbol alemán, ya que nació nada menos que en 1892, concretamente el día de Santiago Apóstol. Los colores del Hertha son azul y blanco, utilizando indistintamente una elástica al estilo del Español barcelonés, o toda azul, o toda blanca con escapulario azul, aparte calzones blancos. Ya me parece haberles contado a ustedes en una oportunidad que el terreno de juego del club, el Herthasportplatz, está muy próximo a la estación ferroviaria de Gesundbrunnen, justo en la divisoria con el otro Berlín, por lo que los balones que salen disparados a la zona de protección soviética los llaman los del Hertha “comunistas”, si no regresan, o “espías”, si son devueltos por los berlineses del otro lado. Este terreno deportivo tiene una capacidad para 22.000 espectadores. Pero el Hertha, cuando está en la Bundesliga o de partidos internacionales se trata, se enfrenta a sus rivales sobre el césped del veterano Estadio Olímpico, que ya se sabe tiene una capacidad para nada menos que 94.000 espectadores, 61.000 de ellos con derecho a asiento. En el Estadio Olímpico no hay localidades bajo techado.
El rival de la UD Las palmas en la Copa de Ferias, cuenta con cerca de dos millares de socios -en Alemania, los clubs de fútbol no tienen nunca demasiados socios-, pero es, con mucho, la entidad futbolística que mejores taquillas hace cada temporada que juega en la Bundesliga. Su promedio de espectadores rebasa, con mucho, el de los clubs que más éxito de público puedan tener en la República Federal. Pero esto es ya de hoy, y yo quería hablar del Hertha de muchos años atrás. De ese Hertha hay que señalar que, antes de la Segunda Guerra Mundial, ganó la Liga de Brandenburgo – lo que equivale a decir que jugó la fase final del Campeonato Nacional de Alemania-, en los años 1906, 1915, 1917, 1918, 1925 al 1931 y 1933. Que, desde la división de Alemania ha logrado el título de Berlín, equivalente al Brandenburgo de antes, en los años 1957, 1961 y 1963. Este último es el de la fundación de la Bundesliga, en la que el Hertha fue incluido. Bien, hay que señalar igualmente que, en 1930 y 1931 consiguió proclamarse campeón nacional absoluto. No cabe duda, pues, de que se trata de un equipo con historia.
EL ÚLTIMO CICLO: 1963-1969
Ya está explicado que el más famoso equipo de Berlín fue incluido en la Bundesliga al fundarse ésta y que por tanto, en la temporada 1963-64 participó en la competición que cada año reúne a los mejores equipos del país, dieciséis en las dos primeras ediciones, dieciocho a partir de la tercera. El Hertha tuvo una discretísima actuación en las temporadas de 1963-64 y 1964-65, quedando en ambas clasificado en decimocuarta posición, con un punto más en cada oportunidad que el vicecolista y compañero de desventuras –descenso- del linterna roja de la clasificación.
Quienes regían al Hertha pensaron que lo mejor de todo sería echar la casa por la ventana, adquirir elementos de la máxima categoría y ofrecer así al público de Berlín lo que seguramente Berlín se merece. Dicho y hecho…, pero, atenerse a las consecuencias, nada más terminar aquel loco verano de los fichajes famosos. Los demás clubs se sintieron molestos con tan fabulosa competencia, hubo alguien que no fue todo lo discreto que había que ser y se produjo el tirar de la manta y que el “affaire” Hertha quedase al descubierto. Es decir, que la DFB (Federación) quedó enterada de los tremendos dispendios de los berlineses, con cifras que rebasaban (¡Y cuánto!) los topes puestos por la Federación en materia de fichajes. Así que el Hertha fue juzgado y condenado. El veredicto, descenso a la Liga Regional y prohibición de ascender a la Bundesliga en tres años, por muy campeón regional que consiguiera ser.
El plazo final de la condena en cuestión finalizaba con la temporada 1967-1968, a cuyo final, los albiazules berlineses ganan en el terreno de juego otra vez, pero ahora en forma permitida, el ascenso a la Bundesliga. Reforzaron su equipo modestamente, pero con adquisiciones tan notables como Fraydl, Ipta y Brungs, los que, en el ejercicio pasado ayudaron lo suyo al que el equipo consiguiera la permanencia, logrando de nuevo el decimocuarto puesto de la tabla; pero ahora, como son dieciocho los que compiten, dejando a cuatro tras él. Hay que decir, en todo caso, que el terrible invierno que padecieron los berlineses hizo que se tuvieran que suspender numerosos partidos de liga, lo que rompió el ritmo del equipo cuando éste marchaba entre los cinco primeros de la liga. Pero el final fue dichoso.
El equipo 1969-70
Repito que, en estos meses puente que entre la pasada y la próxima temporada estamos viviendo, el Hertha ha conseguido poner nerviosos a los demás equipos alemanes, puesto que ha sido el que más cantidad de jugadores ha adquirido, el que más dinero ha pagado y quien mejores valores ha llevado a sus filas. Está por ver, solamente, si luego las nueces serán de verdad tantas como el ruido que han armado. De la media docena de jugadores nuevos en la plantilla hay cuatro de auténtica categoría, como son Patzke, Horr, Gayer y Varga.
El primero de ellos, Bernd Patzke, es el de más categoría. Defensa lateral, que juega indistintamente a la derecha y la izquierda, procede del München 1860 y cumplió en marzo pasado veintiséis años. En la pasada temporada, de los diez partidos que la selección alemana jugó, Patzke estuvo presente en ocho en las filas del equipo nacional, lo que equivale a decir que ha sido internacional en diecisiete oportunidades. Es un zaguero muy hábil, de excelente técnica y con la clásica dureza germana.
Lorenzo Horr es un joven delantero centro que ha sido, quizá, la pieza más deseada de atrapar en las redes de los pescadores de futbolistas. Ariete del Alsenborn –club regional o de la Segunda División, por decirlo así- , ya en la temporada pasada se mostró eficaz goleador, y en ésta ha marcado numerosísimos goles, tanto en la Liga Regional como en la fase de ascenso. Tiene auténtico olfato para el gol y se le considera un sucesor de Uwe Seler y del muniqués Gerd Müller, reyes del gol de ayer y de hoy en este país.
En cuanto a Gayer y Varga, se trata de dos extranjeros, austriaco el primero –interior- y procedente del Spotklub de Viena, y húngaro, y también delantero, el segundo. Vienen precedidos de mucha fama, en cuanto a su técnica, muy de acorde con el fútbol de que proceden. Sucede sólo que el asunto Varga está en manos de la FIFA porque se trata de un futbolista que prefirió “escoger la libertad”. Si será autorizado o no a que juegue en Alemania, es cosa que aún está por ver.
Bien, pues a éstos, hay que agregar algunos más, como Gernot Fraydl, Herman Bredenfeld y Franz Brungs, que son futbolistas de gran calidad, y ya están en el Hertha desde la temporada anterior. El rubio Fraydl fue cancerbero del seleccionado austriaco en no menos de treinta oportunidades, dos de ellas en la temporada anterior, todavía. Bredenfeld es un joven valor de la “nueva ola”, que viene jugando muy bien en su puesto de volante de ataque. Y Franz Brungs fue, tanto en el Nuremberg, como antes en el Borussia de Dortmund y ya esta pasada temporada en el mismo Hertha, uno de los hombres que más goles cosecha en cada temporada. Juega de centro delantero, emplea con fortuna ambas piernas, remata excelentemente de cabeza y, especialmente, tiene una asombrosa movilidad. Sus penetraciones por la derecha y la izquierda, a la antigua usanza, de los antiguos extremos auténticamente extremos, suelen dar más de un disgusto a las coberturas contrarias.
Si las figuras del año pasado y las figuras de esta nueva temporada llegan a entenderse, no cabe duda que el Hertha puede ser un peligroso rival para cualquier equipo. Esto, en todo caso, está por ver. Pero también, el Hertha es un equipo correoso y luchador, muy alemán en su técnica y condición física. Normalmente, la UD Las Palmas debería eliminarlo. Pero los nuevos fichajes, seguramente, le darán una potencia que no tuvo en las temporadas precedentes. Ojo, pues, al Hertha Berliner Sport Club.
CARLOS BRIBIAN
Guedes, sancionado, no podrá jugar ante el Hertha de Berlín.
Un lunes 29 de septiembre partiría la expedición canaria hacia Berlín. Los jugadores que se desplazarían serían los siguientes:
Oregui, Catalá, Hernández, Martín II, Tonono, José Luis, Menchu, Castellano, Niz, León, Gilberto II, Lemes, José Juan, Germán, Gilberto I y Trona.
El comité de competición de la Copa de Ciudades de Ferias había sancionado al jugador Juanito Guedes con un partido, sin embargo se incorporaba Lemes, ya que en la Copa de Ferias se admite la cifra de cinco suplentes.
Acompañaba a la expedición, como siempre, el masajista José González, el Secretario General, D. Jesús García Panasco y, como máximo exponente de la expedición, el vicepresidente del club. D. Atilio Ley Duarte.
Carta y certificado enviados por el director del Banco de Canarias, D. Jesús Gómez, a la UD las Palmas informándo que la orden de pago a Suiza volvía a ser denegada.
La UD Las Palmas aterriza en Berlín.
Calurosa acogida al equipo canario en el aeropuerto de Tempelhof.
La expedición isleña llegaba a Berlín a las siete de la tarde. El viaje, como es natural en estos casos, había sido lento y cansino. Las Palmas-Madrid para proseguir luego en el reactor de la Lufthansa hasta Francfurt y enlazar finalmente con otro avión hasta Berlín, que en tiempos pasados fue capital del Reich.
Los jugadores, muy cansados con el largo viaje, tuvieron que soportar los pesados trámites aduaneros, hasta verse al fin libres para subirse al autobús que les trasladaría al Hotel Schwelzerhof.
Las muestras de júbilo al equipo canario fueron innumerables, con muchos seguidores y una bandera española en la balconada central del hotel como homenaje a la expedición isleña.
Los del Hertha habían preparado para la delegación de la UD Las Palmas varios actos en su honor viéndose obligado Luis Molowny a excusar su presencia dado el estricto régimen de concentración. La cordialidad fue en todo momento magnífica.
En la ciudad de Berlín el pronóstico era favorable al equipo de casa, no sólo por el resultado del encuentro de ida sino por las sensibles bajas de Juanito Guedes y Martín.
Se preveía que aquel miércoles el Estadio Olímpico registraría un gran lleno.
El campo fue construido por Werner March en 1936 para los XI Juegos Olímpicos y tenía en un principio una capacidad de cien mil espectadores, aunque sin tribuna cubierta, siendo totalmente restaurado después de la Guerra Mundial en que sufrió considerables daños por parte de los aliados.
La UD Las Palmas entrenaría en el Estadio Olímpico con numeroso público en las gradas y un césped en excelentes condiciones.
La temperatura por la mañana era de trece grados y sin lluvia, circunstancia que aprovecharon los expedicionarios amarillos para efectuar un recorrido por Berlín y sus lugares más visitados, como la Puerta de Brandenburgo, contemplándose las fortificaciones hechas por los orientales para evitar las evasiones de los alemanes comunistas.
´Como bien afirma el escritor, Antonio Muñoz Molina, “miramos el mundo presente a través de su propio pasado”. En 1969, fecha en que nuestro equipo disputaría el partido de vuelta con el Hertha de Berlín, habían transcurrido ya ocho años del levantamiento del Muro de Berlín. Se podía aún contemplar la frontera de púas de alambre y cristales rotos que dividía en dos la ciudad y el país.
Tras un largo paseo con visita al las instalaciones del periódico Bild, llegaban al hotel nuestros jugadores, donde los esperaba una nutrida representación.
Nuestro equipo no se encontraría solo en el gran Estadio Olímpico ya que se habían registrado más de dos mil peticiones para los trabajadores españoles residentes en Alemania.
La UD Las Palmas cae eliminada ante el Hertha de Berlín por un penalti inocente de Castellano aunque el colegiado
no quiso ver una clarísima mano voluntaria en el área berlinesa.
La UD Las Palmas caía injustamente derrotada en el Estadio Olímpico ante el Hertha de Berlín.
El partido pudo quedar en empate ya que el árbitro checo Sr. Hartmann señalaría el máximo castigo a los amarillos pero no quiso ver la clara mano de Witt. En realidad, si bien en la primera mitad su actuación pasó desapercibida, en la segunda mitad fue muy parcial y casero, señalando continuadas faltas al marco de Oregui.
En esta ocasión nos ha defraudado el Hertha, muy nervioso, con falta de ligazón en el centro del campo y nula capacidad rematadora. Sin embargo, la UD Las Palmas, que se mostró inconmensurable en sus líneas de atrás, estuvo remisa y torpe en la franja central y sin claridad de ideas en sus hombres punta, a excepción de algunas internadas del extremo León.
Bien es verdad que la temperatura bajó muchos enteros a la hora del partido, convirtiéndose en gélida y fría con sólo siete grados, aunque ello no justifica el mal encuentro realizado por ambos conjuntos.
Una pena, en definitiva, ya que de haber jugado Martín y Juanito Guedes, el resultado hubiera podido ser diferente.
En la primera mitad la defensa canaria estuvo muy segura en todas sus líneas, especialmente Hernández, que tuvo una extraordinaria actuación anulando al extremo izquierdo del equipo rival, Steffenhaguen.
En la línea media, Trona, que había realizado excelentes encuentros como delantero centro, estuvo muy desdibujado sin encontrar nunca su sitio en el terreno de juego, fallando una clarísima oportunidad de marcar cuando Germán en un pase centrado lo dejó solo ante la portería defendida por Wolkman. De igual forma, un tiro fortísimo de Gilberto I saldría lamiendo el palo. No se puede hablar de más oportunidades claras ya que existió una laguna notable en el centro del campo.
El equipo del Hertha nos pareció esta vez un conjunto trotón, dedicándose a bombear balones sobre el marco de Oregui.
A los nueve minutos de la segunda mitad el tinerfeño José Juan sustituyó a Trona para dar más mordiente al ataque sin resultado positivo.
Poco después llegaba la jugada del penalti, cuando el delantero centro Brungas se interna por la derecha y centra en corto sobre el extremo Steffenhaguen y es interceptado por el defensa Castellano. A nuestro juicio fue una acción contundente pero limpia. El extremo cae al césped y da muestras de dolor. Los jugadores amarillos protestan la jugada pero el árbitro no se vuelve atrás en su decisión.
La pena máxima fue ejecutada por Patzke dando el balón en el poste para luego entrar en la red.
Poco después llegaría la mano de Witt que el colegiado no quiso ver.
En el capítulo de jugadores canarios destacados resaltamos la actuación del guardameta Oregui y la línea de defensas compuesta por Hernández, Tonono y José Luis.
A las órdenes del árbitro Sr. Hartmann los equipos presentaron las siguientes formaciones:
Hertha de Berlín: Wolkman; Gross, Patzke (Loths), Witt; Wild, Enders; Altendoest (Veva), Ipta, Brungs, Graver y Steffenhaguen.
UD Las Palmas: Oregui; Hernández, Tonono, José Luis; Castellano, Niz; León, Gilberto II, Trona (José Juan), Germán y Gilberto I.
La pérdida del liderato ante el Real Madrid en el torneo liguero y la eliminación de la Copa de Ciudades en Feria generaría un ambiente enrarecido que se agravaría con cuatro jornadas sin conocer la victoria: derrota de nuevo a domicilio ante el Valencia y como visitante ante el Celta de Vigo, y empates ante el Pontevedra y el Deportivo de La Coruña. Y aunque la victoria ante el CF Barcelona mitigaría el descontento de los aficionados, la ulterior goleada ante el Real Madrid en el Bernabéu por cinco tantos a cero, Valencia, y sobre todo la imagen deplorable que ofrecería el equipo perdiendo a domicilio ante el Deportivo de La Coruña, desataría las iras de la afición que flameando pañuelos pedía un cambio en la dirección técnica de nuestro equipo.
Luis Molowny, que ya venía siendo cuestionado desde aquel 2-4 ante el Real Madrid y la polémica y posteriores debates sobre la elección del lanzamiento del penalti, era ya un técnico agotado y herido.
Todos aquellos aficionados que clamaban su salida al campo entre vítores, confetis e instrumentos de viento en los partidos de la década de los cincuenta ante el Atlético de Madrid y Valladolid; su clamoroso éxito con la Selección Juvenil campeona de España, o su posterior reinado con dos temporadas que aún no han sido mejoradas por ningún otro entrenador a lo largo de la historia, se convertían ahora en sus mayores censores, pidiendo su fulgurante salida de la entidad.
El 26 de enero de 1970, Luis Molowny dirigiría a la UD Las Palmas por última vez ante el Deportivo de La Coruña.
Paradigma de caballerosidad, no hizo falta llamarlo con la finalidad de comunicarle su cese. Tras la finalización del encuentro y siendo plenamente consciente de las exigencias del respetable y el enrarecido ambiente, presentaría voluntariamente la dimisión de su cargo.
No exigió ni siquiera su liquidación al cancelar el contrato, cantidades que le fueron pagando en años sucesivos, según demostraremos en futuros documentos.
Se marchaba todo un caballero del deporte con quien la sociedad canaria tiene contraída una perenne deuda de gratitud y reconocimiento, no sólo por sus éxitos deportivos sino en su dimensión humana.
El entrenador palmero Rosendo Hernández regresaba de nuevo a la isla para dirigir el equipo por segunda vez, clasificándolo en la novena posición de la tabla al término de la liga.
Técnico extremadamente temperamental y de lenguaje explosivo en la cancha, era, sin embargo, afable, cordial y dialogante fuera de ella.
Sentía por la cantera auténtica devoción, haciendo debutar en distintas épocas a jugadores como Germán, León y Rafael ante el Recreativo de Huelva, José Cristóbal Correa ante la UD Levante, Melián y Carmelín ante el Atlético de Madrid, etc…
De igual forma era un gran defensor del jugador en sus relaciones contractuales o de cualquier índole con los rectores de la entidad.
Nuevo fracaso en el Estadio Insular, esta vez frente al Valencia C.F.
El equipo amarillo no mostraría en ningún momento fondo físico, decayendo de forma alarmante en la segunda mitad.
El equipo valencianista tendría un mejor orden posicional en el centro del campo que les permitiría elaborar jugadas de ataque.
Los goles valencianistas fueron obra de los jugadores Paquito y Nebot.
La U.D. Las palmas lograría un valioso empate en Riazor ante el Deportivo de La Coruña.
El guardameta amarillo Oregui se retiraría lesionado en el minuto 24,
siendo sustituido por el meta valenciano Catalá que tuvo un excelente debut en el marco canario.
Una U.D. Las Palmas muy temerosa con un planteamiento defensivo sin arriesgar en su juego de ataque.
El guardameta valenciano Catalá la figura del encuentro.
La U.D. Las Palmas mereció ganar al Pontevedra.
El equipo canario mostró mucho entusiasmo pero con mucha lentitud en su juego.
El Pontevedra tuvo el triunfo en sus manos en la segunda perta, pero arriesgó muy poco para conseguirlo.
Los autores de los goles fueron Huerta y Gilberto II.
La U.D. Las Palmas se impondría al Real Deportivo Mallorca en un partido aceptable.
El equipo mallorquín solo inquietaría a los isleños en la primera mitad del encuentro.
Tras cinco jornadas de sanción por la expulsión en el Estadio de Manzanares, reaparición brillante del interior Germán
que fue pieza fundamental en el centro neurálgico del terreno de juego.
Gilberto II se convertiría tras sus tres goles en el héroe de la jornada.
Entrevista a Juanito Guedes
EN DIARO DE LAS PALMAS POR GUILLERMO CEREZO
6 DE NOVIEMBRE DE 1969
Guedes: «Estoy en deuda con la afición»
´He perdido fuerza por tratar de ganar rapidez, pero vuelvo a ser el mismo de siempre´
´Cuando salí del terreno de juego, expulsado por el árbitro en el partido con el Hertha, sentí la vergüenza más grande de mi vida´
-Las U.D. Las Palmas el pasado domingo, frente al Mallorca volvió casi a su fisonomía normal de juego, la que le ha llevado en las dos últimas temporadas a ocupar las brillantes clasificaciones ligueras y que le han situado en un puesto destacado dentro del concierto futbolístico nacional.
La vuelta de Germán tras su sanción en el Manzanares. El hecho de jugar Martín II nuevamente en la defensa y también la recuperación del juego de Guedes, uno de los hombres base durante varias temporadas y que acusaba un alarmante bache moral, desde el encuentro con el Hertha en el Estadio, en el que por primera vez en su vida sería expulsado de un campo de juego y además justamente, como él mismo ha reconocido.
«Ahora vuelto a ser yo mismo – habla Guedes – pero he atravesado una época fatal de la que no quería ni siquiera acordarme y mucho menos comentarla. Ha pasado el tiempo y es hora de que diga algo. Cuando salí del Estadio expulsado por el árbitro sentí la vergüenza más grande de mi vida y durante muchos días ni siquiera podia dormir. Reconocía que había quedado en deuda con la afición al haber hecho una acción en la que no había pensado. La verdad es que cogí hasta miedo. Era la primera vez que me expulsaban porque cuando me sancionaron fue por una serie de circunstancias en la que influyeron muchos factores, pero sin haberme echado del campo».
La desmoralización y la baja del juego del equipo
La baja del juego de Guedes coincidió con la expulsión de Germán en el Manzanares ante el Atlético de Madrid y el comienzo de las derrotas de la U.D. Las Palmas en la temporada, Guedes explica esto:
» El bajón de juego del equipo fue debido a diferentes causas. El no poder contar con Germán fue una de ellas, otra la mía y también los cambios obligados en las alineaciones. Hay que pensar que Germán, Gilberto II, como yo mismo somos de diferentes características y sin embargo nos complementamos perfectamente y tenemos la obligación de dominar el centro del campo».
Guedes, capitán desde principio de temporada, fue retirado durante unos encuentros de su cargo, que pasó a ocupar Tonono:
«El cargo de capitan,-dice Guedes- lo tiene por tradición en la U.D. Las Palmas, el jugador más antiguo y tiene otras obligaciones además del simple saludo al árbitro antes de iniciarse el encuentro. Una de sus responsabilidades es que en el caso de ser expulsado tiene doble castigo que en un jugador normal. Por eso, la directiva de común acuerdo, decidió que provisionalmente, hasta que pasaran los primeros partidos de nervios y también hasta que los árbitros se olvidaran un poco de mí, dejar el cargo de capitán, que ya he recuperado, una vez que he vuelto a tener la moral alta».
LA FALTA DE FONDO DE GUEDES
Guedes ha sido siempre un jugador con un gran fondo físico y que aguantaba al mismo ritmo los noventa minutos del encuentro, pero últimamente además de la desmoralización se le notaba falta de fondo. El jugador aclara también este punto:
» Todos los años necesito una serie de encuentros para ponerme en perfecta forma física. Este año, por mi propia cuenta, y con objeto de adquirir más rapidez, me propuse controlar la alimentación a base de no tomar líquidos y no comer cosas que me llevaran a aumentar indebidamente mi peso normal., que suele estar entre 78 y 80 kilos. Sin embargo, pude bajar a 77 kilos y con ello me noté más rápido que nunca. Llegaba a jugadas increíbles a principio de temporada pero empecé a notar falta de fuerza y comprendí que cada jugador tiene que tener sus características y que a mi me va mejor tener un poco menos de velocidad y más fondo físico».
Todo esto ya ha pasado, Guedes vuelve a ser el Guedes de siempre, con mando real en el campo como Capitán y también con el mando de su personalidad y el equipo recupera su fisonomía, que ya hace olvidar los momentos de preocupación.
» Volveremos a estar en el puesto que realmente nos corresponde, por categoría – afirma Guedes – ¿Cuál es el lugar real del equipo en la clasificación? Entre los seis primeros, pero no hay que olvidar nunca que la U.D. Las Palmas es un equipo modesto, que todos nosotros somos jugadores locales y que no podemos ser ni el Madrid ni el Barcelona y ni siquiera el Valencia, que adquieren todos los jugadores que les interesan o los que al menos consideran idóneos, aunque luego fracasen. Nosotros, por el contrario vamos saliendo todos de la cantera».
Háblame de los últimos valores:
» Te puedo mencionar a los últimos que han salido como son Trona, Ló, Lemes y el mismo Menchu, que han estado concentrados con nosotros. El primero, para mí es un jugador de calidad, con estatura y personalidad en el campo, que ahora acusa el bache normal de todo el que empieza y que debe estar ilusionado ha empezado a fallarle las cosas y se desmoraliza. Piensa que no llega a las jugadas y termina jugando mal pero lógicamente se recuperará y sin ser un jugador clásico en el centro del ataque se adaptará al puesto porque tiene clase»
Ló empezó bien y después no se ha recuperado:
» Es también un jugador útil pero tiene que adaptarse exclusivamente a jugar en el área que es su demarcación. No puede pensar en bajar al centro del campo, porque la U.D. Las Palmas necesita gente en el área. Lemes ha debutado ya prometedoramente y en cuanto a Menchu que no ha jugado le auguro un buen porvenir.
Juanito Guedes ha hablado más de lo que yo pensaba, unas cosas se conocían otras no, pero ninguna ha dejado de ser interesante.
La U.D. Las Palmas le faltaría fondo físico jugando en un estadio embarrado ante el Athlétic de Bilbao.
Los amarillos adolecieron de remate perdiendo numerosas oportunidades en el primer tiempo.
En la U.D. las Palmas debutaría el canterano Menchu, sustituyendo en la segunda mitad a Paco Castellano.
La U.D. Las Palmas sigue empeorando. Su situación en la tabla comienza a ser preocupante,
El conjunto granadino se mostró muy conjuntado en todas sus líneas.
Santos y el grancanario Vicente por el Granada y León por la U.D. Las Palmas fueron los autores de los goles.
Tras la derrota ante la Real Sociedad, se imponen medidas enérgicas y urgentes.
Faltó suerte en el primer tiempo, con dos tiros a los palos que impedirían el empate.
La U.D. Las Palmas, una auténtica debacle en la segunda mitad.
El gol donostiarra obra de Gaztelu, en probable fuera de juego.
(Diario de Las Palmas)
En la ´Romareda´, la U.D. Las Palmas realizó un partido pleno de entrega física, de practicidad y buen juego.
Los primeros 45 minutos fueron de neta superioridad amarilla, tanto en juego como en eficacia atacante.
A los goles de León y Gilberto II debieron unirse algunos más para dejar resuelto el partido con tranquilidad.
Juanito Guedes realizaría un excelente partido. El seis amarillo jugó con enorme serenidad además fue el gran pilar del equipo.
Realizó un juego práctico con cambios espléndidos en largo pero también combinó en corto.
En el segundo tiempo ayudó magníficamente en tareas defensivas.
El público terminaría por olvidarse del incidente con Planas II y rindiéndose ante el extraordinario partido,
convirtiéndose además en la figura más destacada del encuentro.
La U.D. Las Palmas no mereció perder en este partido debiendo obtener como mínimo un empate.
Injusta expulsión de Tonono, que obligó a los amarillos a jugar con diez hombres durante todo el segundo tiempo.
El único gol del partido fue obra del delantero Vidal.
La U.D. Las Palmas vencería al F.C.Barcelona poniendo el máximo tesón en la lucha.
El equipo amarillo cimentaría su meritoria victoria en la gran actuación de toda su cobertura.
El equipo azulgrana desdibujado en la primera mitad, realizaría un gran segundo tiempo.
El gol del equipo isleño, fue obtenido por el delantero José Juan en el minuto 59 del segundo tiempo.
El defensa sevillano en las filas del Barcelona, Gallego, sería el jugador más destacado en el terreno de juego,
realizando un soberbio encuentro.
Debut en las filas amarillas del extremo Bosmediano.
Ante un incómodo Sevilla C.F. excelente resultado de la U.D. Las Palmas con empate a un gol.
De nuevo el trio defensivo amarillo rallo a gran altura maniatando a las piezas clave del cuadro hispalense.
Paco Castellano, el jugador más destacado del conjunto isleño.
Los autores de los goles fueron de Berruezo y José Juan (Crónica de Luis García Jiménez para Diario de Las Palmas)
En el Estadio de Altabix, La U.D. Las Palmas sigue su racha triunfal venciendo al Elche C.F. por un tanto a dos.
La labor de la cobertura y la gran actuación del meta valenciano Catalá la clave del triunfo.
Catalá haría un paradón de antología en el minuto 22 de la segunda parte a tiro de Asensi.
Intervenciones muy seguras a lo largo de todo el partido.
La U.D. Las Palmas mereció ganar al Atlético de Madrid realizando un excelente encuentro.
El equipo amarillo superaría al rojiblanco en la segunda mitad hasta que llegó el inesperado gol de Luis Aragonés.
El colegiado Sánchez Ibáñez se inclinaría descaradamente hacia el equipo colchonero.
Los goles de Germán (41´), Bosmediano (49´), por la U.D. Las Palmas y Gárate (43´) y Luis Aragonés (74´)
La U.D. Las Palmas fue ampliamente derrotada en el Santiago Bernabeu.
El equipo amarillo tendría un comienzo aceptable mereciendo otro resultado pero las deficiencias de marcaje,
en la segunda mitad propiciaron la abultada goleada.
Los goles del Real Madrid serian marcados por Amancio (3) y Fleitas (2)
Pese al resultado Juanito Guedes realizaría un excelente encuentro en el centro del campo
siendo muy aplaudido por el respetable y crítica en general.
La U.D. Las Palmas pierde ante el Valencia en Mestalla en un partido muy equilibrado que perjudicaría al equipo canario.
Al equipo isleño le faltaría mordiente y efectividad en el juego ofensivo.
Se pudo obtener un mejor resultado de no producirse un penalti del defensa José Luis en la segunda mitad del encuentro.
Los goles del equipo de la ciudad del Turia fueron marcados por Guilló (Penalti) y Poli.
21 de enero 1970
La U.D. Las Palmas sorprendida ante un modesto Coruña, mostrando muy poco espíritu combativo.
El equipo gallego fue en todo momento superior en lucha, anticipación, colocación y rapidez en la cancha.
El interior Cervera marcaría el único gol del encuentro, a los 22 minutos de juego.
ANÉCDOTA DE BOSMEDIANO DURANTE LA ÉPOCA DE LUIS MOLOWNY
El jugador de la U.D. Las Palmas Ñoño, como así le solían llamar en el argot futbolístico desde su más tierna infancia era un jugador de una gran potencia debido a su portentoso tren inferior. Sus inicios en el club amarillo como el de todos sus compañeros canteranos en aquellos años no fue nada fácil dado la excelente plantilla que poseía la entidad. Sin embargo, logró ocupar la demarcación de Gilberto I en muchas ocasiones convirtiéndose en una pieza importante para el conjunto isleño.
En un encuentro ante el Coruña dónde el conjunto coruñés lograba ganarnos en el insular por la mínima diferencia su actuación al igual que la de todos sus compañeros no sería muy destacada. De pronto, el público comenzó a abuchear a los jugadores del conjunto local. Un apasionado seguidor del club amarillo con un altavoz en la mano puesto en pie en la grada sur exclamaría gritando: ´¡Molowny por los clavos de Cristo quita a Ñoño y pon a Bosmediano!´
Cómo comprenderán los lectores toda la grada comenzaría a reírse ante aquella salida ya que ambos eran la misma persona.
Aquel encuentro ante el Deportivo de La Coruña provocaría la dimisión de Luis Molowny siendo sustituido ante el siguiente encuentro sustituido por Rosendo Hernández.
Miércoles 28 de enero de 1970
Luis Molowny dice adiós a la Unión Deportiva Las Palmas
NOTA OFICIAL
Ayer, en reunión de la Junta Directiva presidida por Juan Trujillo Febles, se acordaría aceptar la dimisión del técnico Luis Molowny. Se iniciaban gestiones para la contratación del nuevo entrenador. Mientras el auxiliar Carmelo Campos dirigiría de forma interina hasta la llegada del nuevo técnico la preparación del equipo. De entre los posibles candidatos para sustituir al técnico tinerfeño, sonaban los nombres de Piru Gainza, JoseÍto o lo que mAs sorprendía, el exjugador del Real Madrid, Alfredo Di StÉfano, campeón la pasada temporada con el Boca Junior de Argentina.
Tras el encuentro del pasado domingo ante el Deportivo de La Coruña, el entrenador Luis Molowny,
volvía a reiterar a la Junta Rectora su idea de poner el cargo a disposición de la misma, siempre que fuera de utilidad a los intereses del Club.
La Junta Directiva reunida al efecto aceptaba la dimisión de Luis Molowny. La Junta Rectora iniciaba urgentes gestiones para cubrir la vacante producida por su renuncia.
La directiva presidida por Juan Trujillo Febles agradecía fervorosamente los servicios prestados por el técnico durante su última etapa en el club,
siendo de las más gloriosas hasta la fecha de la entidad amarilla.
EL ÚLTIMO ENTRENAMIENTO DE MOLOWNY EN EL ESTADIO
Luis Molowny realizaría su último entrenamiento en el Estadio Insular al frente de los amarillos. Posteriormente habría de producirse el desenlace de su dimisión como entrenador de la U.D. Las Palmas. Las fotos de Alamo Montañés atestiguan el último acto de Luis como preparador de los que hasta ahora son subcampeones de Liga.
El equipo amarillo proseguiría esa mañana los entrenamientos a las órdenes de Carmelo Campos, mientras se contrataba un nuevo técnico que vendría a hacerse cargo definitivamente de la dirección técnica del club.
La U.D. Las Palmas se encuentran con un importante partido el domingo próximo en el Estadio Insular, donde recibirá la visita del Celta de Vigo.
Rosendo Hernández llega a Gran Canaria
Rosendo Hernández llegaba la mañana el 30 de enero de 1970, en el primer avión procedente de Madrid. El entrenador palmero fue recibido en el aeropuerto de Gando por el Secretario General de al U.D. las Palmas, señor García Panasco y el vicepresidente del club Señor Atilio Ley Duarte.
La directiva amarilla ya había cambiado impresiones con el técnico en la visita del equipo amarillo a Zaragoza.
En la actualidad Rosendo Hernández está de nuevo con nosotros para dirigir los destinos de la U.D. Las Palmas en esta difícil coyuntura del tramo final de la Liga.
Rosendo vuelve a U.D. Las Palmas después de 7 años. No olvidemos que el técnico palmero ha sido siempre un gran impulsor de nuestra cantera.
Entrevista con Rosendo Hernández de Luis García Jiménez para Diario de Las Palmas:
El técnico Rosendo Hernández atendería a los medios de los periódicos locales, en especial al redactor deportivo a Luis García Jiménez de Diario Las Palmas, donde sacamos un extracto de sus declaraciones:
«Como comprenderán, vengo muy ilusionado, dispuesto a trabajar de firme y, sobre todo, esperanzado que el equipo salga adelante. Lo que sí siento es tener que venir precisamente a sustituir a Luis Molowny, excelente amigo y que creo que ha realizado aquí una magnífica labor».
¿Qué idea tiene Usted de U.D.Las Palmas en la actualidad?
«Al equipo sólo LO he visto por televisión. Le vi últimamente en el partido que jugó en Valencia. Ya saben que conozco a la mayoría de sus hombres, sin embargo, es aventurado dar un juicio preciso. Yo quiero verlo todo más de cerca y luego…»
¿Me imagino que tras el partido con el Celta tendrá usted tiempo para ver a los chicos y prepararlos para el partido del Pontevedra?
» Sí. Creo que es una ventaja pero, por el momento, lo que más me preocupa es el partido del domingo ante el Celta, que yo espero que ganemos porque lo considero fundamental como punto de arranque para una mejoría. En el mismo partido del domingo veré como anda el equipo y podré sacar los elementos de juicio necesarios para actuar después. Ahora me pondré en contacto con Carmelo Campos, me gustaría hacerlo también con Molowny y ya tendré una base más amplia para juzgar».
¿Has visto jugar al Celta?
«También por la televisión. Le considero un equipo muy luchador y muy difícil, que viene realizando una campaña muy aceptable.
¿Espera usted ganar?
«Desde luego que sí. Yo espero la total colaboración de los jugadores, una entrega absoluta por su parte. Tendré una reunión con el capitán Juanito Guedes a efectos de evaluar el estado anímico de la plantilla».
¿Rosendo Hernández, se considera usted un entrenador duro?
«Soy un entrenador al que le gusta que cada cual cumpla con su obligación. Eso es todo. Yo he sido jugador y también sé comprender los problemas de los jugadores. Pero estimo que en el campo hay que salir a darlo todo, siempre».
«No hubo problemas con el Zaragoza»
¿Le preguntamos a Rosendo Hernández si hubo algún problema con el Zaragoza para venir?
«Ninguno. Don Alfonso Usón se ha portado magníficamente y toda su junta también. Yo tengo en Zaragoza las puertas abiertas y el mismo presidente me dijo que si después del 30 de junio quería volver, tendría todavía allí mi puesto como secretario técnico».
Si se lo hubiese pedido otro equipo, ¿Habría usted dado este paso?
» Ya me lo pidieron y no lo di. Como canario no podia negarme a ésto y le repito que vengo a colaborar con mi mejor voluntad».
Esta tarde al Estadio Insular
Rosendo Hernández ira a Estadio Insular para ser presentado a los jugadores.
«Ya se que han pospuesto el entrenamiento para esta tarde. Será mi primera toma de contacto. Haremos algo y ya veremos».
Imágenes de Rosendo Hernández a su llegada a la Isla de Gran Canaria,
a efectos de firmar su contrato con la U.D. Las Palmas
Juanito Guedes, fue una enorme ayuda para todos los entrenadores del club,
fundamentalmente para Rosendo Hernández ,
dado los grandes cambios producidos por los nuevos jugadores canteranos.
Un cambio como de la noche al día.
Excelente encuentro de la U.D. Las Palmas durante todo el encuentro. Juanito Guedes jugador más destacado del choque.
Los autores de los goles: Juanito Guedes (2) y Germán.
Tres imágenes del tercer gol de Juanito Guedes.
LA FIGURA DEL PARTIDO JUANITO GUEDES
Juanito Guedes, con dos goles en su haber y una actuación muy buena, de las que hace tiempo no tenia nuestro equipo. Se mostró más luchador que otras veces. Le favoreció la posición más adelantada de Paco Castellano, el seis isleño trabajó mucho en la zona ancha combinando bien el balón y realizando lanzamientos largos cuando hubo necesidad. Fue a los balones con mayor convicción, con mas anticipación y volvió a ser un buen pilar del equipo en el centro del campo. El capitán supo responder y dar ejemplo, luchando como el que más.
Luis García Jiménez.
El Estadio de Pasarón convertido en un barrizal, mermó las auténticas posibilidades del equipo amarillo empatando a cero tantos.
El defensa Tonono, sería pese al lodazal, la auténtica figura del equipo canario.
De igual forma, el medio volante Paco Castellano se mortró muy seguro y
fue como otras veces un eficaz colaborador de la cobertura amarilla.
La U.D. Las Palmas mereció como mínimo un empate ante el Real Mallorca.
El primer tiempo reflejaría la neta superioridad amarilla, pero sin acierto en el remate.
Juanito Guedes destacado como el mejor jugador del encuentro, realizaría una soberbia primera mitad,
siendo el eje del equipo en el centro del campo
con grandes desplazamientos de balón que llevarían mucho peligro a la meta del guardameta Heredia.
Su rendimiento bajaría en la segunda mitad, como consecuencia del enorme esfuerzo realizado.
Merecida victoria del Atlhétic de Bilbao en el Estadio Insular por un gol a tres.
La U.D. Las Palmas desaprovechó dos claras oportunidades para ponerse por delante en el marcador,
pero sus rematadores no acertaron en última instancia.
Los extremos Gilberto I y León, los hombres más destacados del equipo canario.
Juanito Guedes realizó un aceptable encuentro mientras estuvo en la cancha de juego.
Lesión de Juanito Guedes
Tras la lesión de Juanito Guedes el jugador sería observado en vestuarios por el jefe de los servicios médicos Dr.Tomé, quien a su vez decide enviarlo a la Clínica Santa Catalina para que los doctores del club dirigidos por el dr. Rodríguez dieran una valoración más exacta. Consultado el traumatólogo Domingo Rodríguez Ojeda se decide su traslado a Barcelona para ser analizado por el prestigioso dr. Navés. Si bien en un principio la lesión según el propio doctor no registraba ninguna importancia regresando a la Isla de Gran Canaria para seguir su tratamiento que requería reposo por varias semanas.
MUNDO DEPORTIVO
El médico de la U.D. Las Palmas don Domingo Rodríguez Ojeda y el jugador Juanito Guedes aterrizaban en el aeropuerto del Prat desplazándose sin mayor dilación a la consulta del Dr. Navés, a efectos de que el galeno catalán revisara las dolencias en el pie izquierdo del futbolista canario. Después de efectuada la revisión el prestigioso doctor realizaría las siguientes manifestaciones: ´Afortunadamente la lesión de Juanito Guedes no reviste gran importancia. El diagnóstico es un fuerte esguince del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda con un ligero derrame. Si todo va como esperamos, el jugador se perderá tres partidos de Liga´.
JUANITO GUEDES OPINA DE SU LESIÓN TRAS LA OPERACIÓN
´En realidad la lesión vino dada como consecuencia de una jugada fortuita. Amortigüé un balón en el aire y al poner el pie en el césped había un bache en el terreno perdiendo la estabilidad. Noté un vivo dolor en la rodilla dándome perfecta cuenta que al girar me había lesionado de cierta consideración, porque la rodilla no me permitía moverme. Los médicos del club aconsejaron mi traslado a Barcelona, ya que todo hacia preveer que podía ser algo de menisco. Afortunadamente el Dr. Navés me ha tranquilizado y si todo va bien podré estar de nuevo en Barcelona, pero esta vez para participar en el partido que nos corresponde jugar con el club azulgrana.
14 de abril de 1970
Efectivamente Juanito Guedes se trasladaría con posterioridad a la Ciudad Condal para enfrentarse al club blaugrana pero una vez en el Hotel de concentración decidió visitar de nuevo al Dr. Navés el sábado a las 5 de la tarde, ya que había sido llevado a la consulta del galeno catalán ante el encuentro con el Atlhétic de Bilbao en el Estadio Insular. Después de serle practicada una exploración en la rodilla lesionada se ordenó la intervención quirúrgica.
Juanito Guedes – como temía en un principio el dr. Rodríguez Ojeda – quedaba descartado para lo que restaba de temporada. Pero si ésto había de ser para su completa y total recuperación, mejor, puesto que lo que interesaba es que Guedes quedará bien y pueda estar en perfectas condiciones para la próxima temporada.
Esto supondría su ausencia de los terrenos de juego defendiendo la elástica amarilla durante los últimos seis partidos de Liga, más los encuentros de la Copa del Generalísimo.
Seis partidos de liga sin jugar :
Granada, Real Sociedad, Zaragoza, Club Deportivo Sabadell, Barcelona C.F. y Sevilla C.F.
15 de abril de 1970
Juanito Guedes en estado satisfactorio.
Juanito Guedes sufría rotura longitudinal del menisco de la pierna izquierda.
Se esperaba que el medio volante amarillo experimentara una rápida recuperación de la intervención quirúrgica.
El espigado jugador amarillo fue operado por el dr. Navés en la Clínica Platón de Barcelona, observándosele rotura longitudinal del menisco de la rodilla izquierda. La operación se inició a las 12 de la mañana y duró exactamente 15 minutos.
Juanito Guedes estuvo acompañado en la Clínica Platón por don Juan Obiol Pons otrora creador junto a Eufemiano Fuentes y Carmelo Campos de la creación de la Sección Juvenil de la U.D. Las Palmas.
El jugador canario se encontraba en la habitación 207 de la Clínica catalana ,observándolesele una gran mejoría. Se le permitía por primera vez recibir visitas y se encontraba muy tranquilo. El estado post operatorio era muy satisfactorio y se esperaba una pronta recuperación.
Juanito Guedes, de todas formas, tendría que permanecer en Barcelona durante una semana más, hasta que fuera dado de alta con la finalidad de trasladarse a la Isla de Gran Canaria, una vez que le fuera escayolada convenientemente la pierna.
Se confiaba que Juanito Guedes estaría en perfectas condiciones para la próxima temporada y que para el mes de agosto – en que se iniciaría la nueva campaña – podría estar a las órdenes del entrenador normalmente….
Diferentes momentos de la recuperación de la lesión de Juanito Guedes
después de haber sido intervenido por el Doctor Navés.
TRAS LOS PASOS DE JUANITO GUEDES
“Lo malo de la inmortalidad es que hay que morir para alcanzarla” (Víctor Hugo).
Las lavanderas isleñas ya no pueblan las laderas del Guiniguada, a pocos metros del inmenso y seductor Atlántico, el ‘Guanarteme azul’, aquellas lavanderas que llevaban enhebradas en su corazón y en su alma la pobreza y las miserias de la posguerra. Eran los albores de los años cuarenta en una Gran Canaria sumida en la pena y en el llanto llegados de más allá del mar, de tierras peninsulares, tras el ignominioso y deleznable periodo de la Guerra Civil.
Rostros endurecidos y decolorados, rictus serios, ausencia de sonrisas en unas gentes apegadas a sus ancestrales costumbres heredadas de padres a hijos con una liturgia indisoluble e innegociable. Los años que pasaban como si fueran siglos por el devenir de los duros acontecimientos que poco o nada bueno traían. Sobrevivir era la meta, el objetivo al que asirse con denuedo y encorajinado ahínco. Y en esa andábamos cuando de pronto comenzó a expandirse el rumor de que un chaval de espigada figura y de menor edad de la que aparentaba andaba repartiendo dádivas con el balón cosido al pie por los polvorientos campos de la geografía isleña. Por los campos y por los estanques que antaño eran los habitáculos futbolísticos de la época. Aquel niño era Juan Guedes, Juanito para todos. Efebo itinerante, hijo de la posguerra, de tez morena y rostro perfilado, el querubín de una generación surgida de las entrañas de la tierra más sufrida y doliente. La tierra supurando aflicción y desconsuelo y él encendiendo el quinqué de la esperanza.
Aquel rumor que corrió de boca de boca hizo que las gentes de toda condición social acudieran a verlo allí donde Juanito hiciera acto de presencia. Su fútbol imaginativo, hegemónico, su descaro y su desparpajo unido a un algo diferente le hicieron ser motivo de admiración y devoción desde muy temprana edad. Y luego estaba su lado humano, su definida y marcada personalidad, su palabra como aval, su rectitud y su capacidad de liderazgo fueron dando forma al mito que se iba elevando sobre la vida, la de él y la de todos. Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
Aquel infante se fue haciendo hombre a golpe de quiebros y pases indivisibles, de apoyos en corto, de presión y precisión; de haber sido cirujano su escalpelo no hubiese tenido precio; pero no, no fue cirujano fue futbolista, fue un orfebre del balón, un poeta zurdo y romántico que con su cadencia y su arte volvió del revés el panorama futbolístico de la época que le tocó vivir.
Después de aquellos amaneceres, de aquellos despertares, de mostrar y esconder el cuero a la sombra de su zurda de encajes y sin corsé y tras ser fiel, muy fiel al legendario y noble Porteño, antes lo había sido del Juventud Tamaraceite, Juan se fue a la UD Las Palmas. Tenía 18 años y el mundo pareció abrirse a sus pies. Dejaba atrás aquel fútbol de versos libres y rima asonante, aquel fútbol de transmisión gestual, donde compartir y ofertar se combinaban en exquisito equilibrio, aquel fútbol de susurros y jadeos que hizo felices a muchos. Humildad y generosidad a partes iguales, de siempre y para siempre.
Y Juan Guedes Rodríguez pisó el Insular. Comenzaba otra oda al fútbol, allí donde él había visto a los jugadores fundacionales, allí donde el hambre, las penas y el analfabetismo de aquellos tiempos saltaron hechos pedazos ante la llegada, la irrupción, el advenimiento de Juan. Tarde tras tarde, noche tras noche el estadio en pie, aclamando al hombre de los borceguíes mágicos, vociferando, en estado de éxtasis, ante el fútbol desbordante, exquisito, de diseño de un equipo amarillo que comandaba, cuan Jasón a los argonautas, el sempiterno seis isleño. Fueron los tiempos de la Ruta de la Seda, Gran Canaria pasó de pronto a convertirse en la Samarcanda de los libros de texto, de los albúmenes de futbol, del intercambio de cromos, del juego de las chapas en los zaguanes de nuestras casas; fueron los tiempos del escapismo y del evolucionismo personal y por ende pasional. Crecer tenía y tiene esas cosas. La aventura duró once temporadas que pasaron con una rapidez casi obscena. De su debut hasta aquel fatídico momento de su postrer estertor todo pareció suceder con una celeridad jamás conocida. Pero no, lo bueno se degustó, se paladeó con el placer que la ocasión merecía. Lo malo, lo triste costó más asimilar y por ende deglutir.
Once temporadas disfrutando de un fútbol academicista, de cánones praxitelianos, belleza y orden. La jerarquía que destilaba Guedes era algo inherente en él. Talento a raudales, capacidad de sacrificio, corazón en amarillo y azul, desde la cuna hasta el sudario. Fedora o Naciente, Curva, la Sur o grada del marcador y Tribuna fueron y serán para siempre sus fieles edecanes, sus lanceros bengalíes.
Ya no vivo en la isla, me ausenté hace ya muchos años pero he vuelto de forma esporádica alguna que otra vez. Y de las primeras cosas que hago es ir al lugar donde otrora se asentó el templo amarillo, el Sancta Sanctórum isleño, el vetusto recinto de Ciudad Jardín, el estadio Insular. Allí sólo quedan restos de un naufragio desbocado y desatado, retales de un pasado tormentoso que tiraron abajo las columnas de Hércules, queda un nauseabundo y pestilente hedor en lo que durante mucho tiempo fue un lugar de olvido y abandono; ni tan siquiera llego a percibir el aroma olfativo del césped, aquel aroma que embriagaba y seducía a partes iguales. Mis papilas gustativas ya no saborean aquel fútbol virtuoso que fluía de forma espontanea de las botas de aquellos talentosos jugadores que ocupan un lugar preeminente dentro del santoral amarillo. Honor y gloria para todos ellos.
Sólo puedo adherirme al recuerdo, abrir los ficheros de la memoria y tirar de hemeroteca virtual que no real. Ya no está el primigenio Insular, ni tan siquiera permanecen las silentes arenas, sólo queda el mar y porque no lo pueden borrar de un plumazo; sólo queda darle pinceladas a la sombras del Náutico y del Nublo bajo los auspicios de Nestor Álamo, ese Nestor que, impertérrito, sigue en pie a la espalda de la Catedral viendo pasar a la gente y por extensión a la vida.
Allí, en el amanecer de mis sueños infantiles lo imagino a él, pues no lo vi de forma presencial; unas veces erguido, mirada al frente, otras ladeado, casi curvilíneo, acomodando el balón a su zurda diamantina, dibujando y ejecutando pases desde su propia área hasta los confines del campo contrario para León, Gilberto I o cualquiera que transite por allí en hora punta. Y mientras el balón recorre el cielo capitalino los espectadores en pie, al borde del paroxismo, ‘endorfinicos’ perdidos, boquiabiertos ante los trazos dibujados por su idolatrado jugador. Ningún pase al limbo, y mucho menos al purgatorio. Juan Guedes era la mística, el hacedor de sueños, el alquimista isleño, el demiurgo, la esencia y la presencia aun en la ausencia. Querido y admirado incluso por los rivales que ayudaron todavía más a engrandecer su leyenda. Su prematura muerte tan solo acrecentó su halo. Cuando Juanito Guedes se posicionaba en el circulo central comenzaba la hora del Ángelus. Jugador atemporal, infinito, mesiánico, ciclónico, lo imagino jugando con las Perseidas en las calurosas noches de agosto mientras mira hacia abajo buscando a sus seres queridos y viendo jugar a su UD Las Palmas, esa que amó hasta la locura y que defendió incluso cuando ya estaba herido de muerte, corroído y devorado por aquel maldito cáncer que nos arrancó violentamente al General con mando en plaza.
Y fue la demoníaca y detestable Parca, la muy romana Parca, envidiosa ella, la que nos lo arrebató antes de tiempo. La enlutada mujerzuela venida del averno clavó sus ojos y sus garras en su corpórea figura llevándolo al límite de todo, incluso del dolor. Su estoicismo final ante lo que fue intuyendo es digno de elogio. El hombre vencido, el hombre caído, el mito comenzaba a tomar fondo y forma. Su muerte, un día oscuro y apagado de marzo de 1971, unió en la pena y en el dolor a toda la sociedad grancanaria. Hombres llorando como niños y niños llorando como hombres. Las fotos existentes de aquel día lo dicen todo, sobran las palabras.
Nadie desde entonces ha podido igualar su juego, ni tan siquiera calcarlo. 51 años después de su prematura marcha Juan Guedes sigue vivo entre nosotros a través de su excelencia humana y su inimitable forma de moverse sobre el campo, primero en la polvorienta tierra y después en el césped. Y en ambos escenarios todavía, a día de hoy, pervive.
Lo tuvo todo, y todo lo perdió. Tuvo familia, talento, reconocimiento, admiración, devoción, aura, prosa y verso.
Tras dejar atrás su condición humana adquirió forma marmórea, y en ella permanece yacente rindiendo tributo a la eternidad; y eterno es él y su recuerdo, él y su humana bondad, él y su fútbol de colores vivos y rebosante de luz. Ese fútbol que asomaba y asombraba desde el triángulo mágico de su pie izquierdo, el triángulo formado por el interior, el exterior y el empeine. Y desde esos vértices proyectó un fútbol níveo y alucinógeno que embriagó a todos. Los parnasianistas, los del arte por el arte, lo llamarían absenta futbolística.
Juan Guedes Rodríguez, hijo de Dios y de los hombres; el carácter, la armonía, el equilibrio y la templanza de un jugador tridimensional que rebasó fronteras y que le ha ganado la batalla al tiempo y al olvido. Saltó al campo, cruzó la divisoria y se adentró, erguido y firme, en los anales de la historia, de nuestra historia. Su huella es indeleble; su recuerdo, imperecedero.
DIEGO DE VICENTE FUENTE
Juanito Guedes es trasladado por primera vez a la Clínica Platón de la Ciudad Condal, a efectos de ser intervenido por el prestigioso cirujano digestivo,
Dr. Piullachs Oliva
2 de julio de 1970
Todo dolor es el recuerdo de nuestra condición elevada
(Herman Hesse)
LA ENFERMEDAD DE JUANITO GUEDES,
UN DIAGNÓSTICO OCULTO
odo comenzaría con unas dolencias estomacales y un estreñimiento severo. Dado que pasaban unos días y los dolores no remitían, Emilio Tomé, jefe de los servicios médicos del club al ver que la prescripción médica y los laxantes no habían hecho el más mínimo efecto, sintió un presentimiento extraño, decidiendo enviar a Juan Guedes a la Clínica Santa Catalina donde estaba la consulta del doctor José Ramírez, quien era por aquel entonces médico del club, sugirió la conveniencia de ser observado por el especialista digestivo Fernando Cabrera.
El primer diagnóstico sobre la evolución de la enfermedad no dejaba de ser preocupante, aconsejando su traslado con toda urgencia a Barcelona, para ser sometido a una intervención quirúrgica.
Una vez en la Ciudad Condal sería intervenido en la Clínica Platón por el brillante cirujano digestivo doctor Piulachs Oliva.
La operación, que se había llevado a efecto el 2 de julio de 1970, aparentemente había resultado un éxito de cara a la prensa, familiares y aficionados en general. El diagnóstico de estenosis intestinal no le impediría en un principio continuar jugando ni llevar una vida normal, aunque requería un tratamiento constante de su estado de salud.
El prestigioso otorrinolaringólogo canario Manuel Aguiar Márquez, también estaría presente en la Clínica Platón de Barcelona en el momento de su primera intervención, estando informado de todo el proceso de la enfermedad.
DOCTOR PEDRO PIULLACHS OLIVA
iulachs Oliva había realizado sus estudiosos de licenciatura en la facultad de medicina de Barcelona, graduándose en 1931 como premio extraordinario. Recién terminada su carrera ganó por oposición una plaza de médico de cirugía en el Hospital Clínico, comenzando su formación quirúrgica. De igual forma gana por oposición la cátedra de patología quirúrgica, y en 1943 gana la oposición a cátedra en la facultad de medicina de Barcelona.
Fue un excepcional cirujano de grandes dotes pedagógicos y habilidad en la técnica quirúrgica abdominal.
El doctor Piulachs trataba siempre de minimizar el riesgo con gran destreza.
Acompañado de un gran conjunto de cirujanos comprometidos con la investigación y la dolencia, sacó a la luz numeras publicaciones, volúmenes y revistas que tendrían repercusión internacional.
La indescriptible luz del crepúsculo
Revista médica
PERE PIULLACHS OLIVA
El catedrático de patología quirúrgica de la Facultad de Medicina de Barcelona,
Pedro Piullachs, es uno de los cirujanos más eminentes del país.
Pedro Piulachs Oliva
Era partidario del sentido común, hacer las cosas sencillas, no divagar, tocar los hechos, razonar. Manifestaba en ocasiones que no hay que creer que el enfermo tenía siempre una enfermedad grave y estrambótica. Las enfermedades más frecuentes son las más corrientes.
Aconsejaba por otro lado, que lo que había que evitar eran las prisas. Gregorio Marañón, solía decir que el aparato que más había hecho avanzar a la medicina, era la silla. Reiteradamente hay que sentarse y pensar, tratar electrocardiogramas y todos los nuevos adelantos. Todo ello está muy bien, pero hay que tocar al enfermo. Ya que hoy día el médico tiende a dejar de ser clínico, y cabe incluso la posibilidad de hacer un diagnóstico sin haber visto al enfermo. Se diagnostica mirando papeles, electroencefalogramas o analíticas.
LA U.D. LAS PALMAS SE PROCLAMA SUBCAMPEÓN DE LIGA EN LA MEJOR TEMPORADA DE SU HISTORIA