CAPÍTULO VIII
Su hermana Carmen aún rememora el día que su madrina le regalaría a Juanito Guedes el primer balón en el día de su onomástica, era de cordones color cuero. Se amarraba por la parte superior y debías tener cuidado al saltar y darle de cabeza o con la frente.
Por esa razón, el defensa central Juanito Beltrán, ‘el capitán del pañuelo’ le diría con posterioridad que al jugar en esa demarcación y verse obligado a despejar tantos balones aéreos, consideró necesario ponerse un pañuelo para evitar heridas en la frente, al igual que hiciera el mítico defensa del Real Madrid Jacinto Quincoces con anterioridad.
¡Aquel día fue una fiesta en el hogar familiar!
Desde entonces, no se separaría ni un solo momento del balón, limpiándolo diariamente con grasa de cebo antes de dormirse con él en la cama.
Lo primero que hizo fue llamar a sus amigos y cruzar raudo y veloz Los Tarahales, adentrándose en las plantaciones de La Paterna y llegar al viejo estanque de barro donde no pararía de jugar hasta bien entrada la tarde.
Con posterioridad le compraron el balón de válvula que le llamaban ‘El Invisible’. Era un poco mayor de tamaño y no te dañaba la frente al no tener cordones. Todo el material que necesitaba lo adquiría la familia en la ‘Tabaquería el Deportivo’ en el Puente de Palo, cerca del Bar Polo, en el Mercado de Vegueta. Su propietario, Santiago Pérez era el más surtido en toda clase de prendas de deporte y un gran aficionado a la U.D. Las Palmas.
En los días de San Juan a la llegada del crepúsculo todo el campo se iluminaba al calor de las hogueras que alcanzaban una altura considerable. Los vecinos tiraban todas las maderas y muebles inservibles. Juanito y sus amigos saltaban alrededor de la hoguera aprovechando, al bajar el fuego, las cenizas para asar piñas que luego repartían con generosidad por todo el vecindario.
Las lluvias torrenciales de aquellos periodos invernales que por aquel entonces eran más abundantes y frecuentes que en la actualidad, fertilizaban los campos cubriendo con un manto verde todas las colinas y laderas que desembocaban en el histórico y ancestral Guiniguada.
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