Carmelo Campos

 

CARMELO CAMPOS

 

 

Una figura moral

 

 

Carmelo Campos y su trayectoria deportiva en el Marino C.F.

 

Escudo Marino C.F.

 

 

Carmelo Campos en sus mejores tiempos con el Marion C.F. en el Estadio Pepe Gonçalvez.
Formación del Marino C.F. con su capitán Carmelo Campos y la presidenta de Honor Adela Naum(Suegra de Juanito Beltrán).
Paco y Carmelo Campos durante un encuentro amistoso en el Estadio Pepe Gonçalvez formando en el Marino C.F. Al fondo la grada de la Marina.

 

En la imagen, los componentes del Marino C.F. que se proclamarían campeones de Canarias durante la temporada 1942/43. De izquierda a derecha, de pie: Sanabria, Rodríguez, Farias, Jerez, Campos, Polo y Cristóbal. De rodillas: Ramos, Quico, Bartolo y Minguine.
En la imagen, Carmelo Campos recibiendo como capitán el Trofeo de Campeón de Liga de la temporada 1942/43 en el Estadio Pepe Gonçálvez
El Marino se proclama campeón de Canarias. De izquierda a Derecha: Pepe el utillero, Luis Molowny, Carmelo Campos (con el trofeo), Victoriero, Adela Naum (Suegra de Juanito Beltran), Sanábria, Bartolo y Cristóbal.

 

 

Clásico centro del campo del Marino C.F. formado por Farias, Campos y Méndez.

 

 

 

 

 

ESTADIO DE PEPE GONÇALVEZ

 

 

 

 

Cuando más se exalta a los ídolos nacidos al calor de la victoria nos olvidamos de quienes fueron los auténticos precursores del nacimiento de nuestro club. Nos olvidamos de quienes han hecho posible los logros que hoy exhibimos con legítimo orgullo.

Al fundarse la U.D. Las Palmas, Carmelo Campos pasaría a simultanear sus cargos en el Marino C.F. y la propia U.D. Las Palmas.

Hay que entender que muchos dirigentes del Marino C.F. regían a su vez los destinos de la U.D. Las Palmas.

Carmelo Campos ha sido un hombre que ha personalizado la discreción y seriedad absoluta. La reputación de la institución fue siempre para él cuestión prioritaria y es que con tantos años de estoica disciplina y ejercicio profesional llegó a captar la más pura esencia de nuestro club.

Carmelo Campos no fue nunca un ente transhumante en función de un interés propio, sino que su mundo de valores germina y se desarrolla en dos clubes a los que dedicó toda su vida.

 

CARMELO CAMPOS Y SU EXTREMADO AFAN POR LA VICTORIA.

 

Padrón

Camelo Campos había sido un reputado medio centro del Marino. Si bien su trayectoria en el club marinista seria excelente quedando campeón provincial y del archipiélago, al fusionarse los clubes históricos seria nombrado entrenador auxiliar con ficha del jugador por si en aquella primera andadura de nuestro equipo fueran necesarios sus servicios. No tuvo la suerte de Luis Molowny de ser el primer entrenador-jugador ya que no llegaría a participar en ningún encuentro.

Sin embargo, pocos saben que estuvo a punto de hacerlo.  Se dio la circunstancia, que el delantero Padrón se lesionó en un entrenamiento con Jesús Navarro como técnico y Carmelo Campos se prestó a ser alineado dada la indisposición del mismo. El jugador Padrón trataba de recuperarse pero a dos días del encuentro aún su tobillo no respondía. Cuando faltaban pocas horas para el encuentro anunció que se encontraba perfectamente ya que sus molestias habían remitido. Carmelo Campos daba prioridad a sus funciones de técnico auxiliar y Jesús navarro, que era muy amigo suyo al haberlo tenido como capitán en el Marino le sugirió que era mejor dejarlo para otra ocasión dado que no  lo consideraba ético al tener un jugador titular disponible en su plantilla.

A Carmelo Campos le hacia una gran ilusión poder vestir la camiseta amarilla aunque solo fuese por una vez.

La decepción fue mayúscula pero mucho más lo seria cuando después que Padrón afirmara en el vestuario que se encontraba en perfectas condiciones, a los pocos minutos del comienzo del encuentro se caía al césped con gestos de dolor argumentado que no podían seguir jugando dada las molestias en el tobillo.

Carmelo Campos que había estado los últimos días entrenando con enorme ilusión, se llevaría una de sus mayores decepciones, aunque como hombre de gran discreción no revelaría públicamente su disgusto y sólo lo dijo a sus verdaderos amigos.

Como consecuencia de esta decepción, al perder la única oportunidad de vestir los colores del equipo donde él había sido pieza importante desde la misma fundación y sobre todo al considerar egoísta la actitud del jugador Padrón. Ambos estarían distanciados durante un cierto tiempo. El jugador reconociendo su falta de solidaridad le pidió disculpas y Carmelo Campos las aceptaría dada su gran humanidad. Sin embargo, los que lo conocimos en su intimidad sabemos que el no llegar a vestir los colores de la U.D. Las palmas fue una profunda desilusión que nunca llegaría a superar.

 Todos los jugadores que han pasado por el club nos dicen que era tan competitivo que no aceptaba la derrota con facilidad prolongando el tiempo del partido lo que fuera necesario hasta conseguir la victoria o al menos no salir perdedor. Los jugadores sabedores de su debilidad, le seguían la corriente y aflojaban su intensidad dado que en caso contrario el partidillo podía convertirse en interminable.

 

 

 

 

 

Lazos de amistad y solidaridad con Juanito Guedes.

 

 

Primera licencia del preparador auxiliar Carmelo Campos en la U.D. Las Palmas. De igual forma tenia ficha como jugador, pero al contrario que Luis Molowny nunca pudo ver cumplido su sueño de formar en el equipo amarillo.

 

 

En las visitas diarias de Carmelo Campos a los archivos de la Sede Social, en múltiples ocasiones me comentaría su devoción por Juanito Guedes: “Conocí a Juanito Guedes desde muy joven. Agustín Angulo fue el primero que me hablaría de sus cualidades. Recuerdo que cuando le argumentaba que yo tenia los mejores jugadores en la cadena de filiales y se enfadaba. Yo seguía con la broma pero ante su insistencia me decidí a ir a verlo a Tamaraceite. Lo anecdótico del caso fue al ver el chico salir al campo con el Juventud Tamaraceite. Antonio Velázquez y yo nos percatamos que era un verdadero ídolo en el municipio.

Sin embargo, en una disputa por un balón el jugador sería expulsado del terreno de juego con el otro rival.

En el poco rato que lo observamos nos dimos cuenta que se trataba de un buen jugador pero en tan corto espacio de tiempo no se puede apreciar la valía de un futbolista.

Recuerdo que Agustín Angulo no sabia donde meterse y no cesaba de disculparse.

Juanito Guedes vistiendo los colores del Club Deportivo Porteño, en la Ciudad Deportiva Martín Freire.

 

 

 

 

Con el paso del tiempo lo vería en la Selección Juvenil de Luis Molowny y en el Porteño jugando con nuestro juvenil. El chico había progresado sustancialmente cubriendo mucho campo y efectuando largos desplazamientos de balón.

Le di un informe al club sobre el jugador y Antonio Velázquez le haría un seguimiento.

Un día vino impactado de una actuación suya con el Porteño y comenzamos las negociaciones.

El directivo Honorio Monzón, Jesús García Panasco y Casimiro Benavente me acompañaron un día al Antonio Rojas y en aquel encuentro Juanito Guedes estuvo sobresaliente. Todos nos quedamos impresionados pero existían varios inconveniente para su contratación:

 

Carmelo Campos

 

a.- El club atravesaba uno de sus peores momentos, habiendo descendido a Segunda División el año anterior y las arcas del club estaban vacías fichando el técnico Casimiro Benavente jugadores foráneos de bajo perfil a muy bajo coste. Sólo podíamos ofrecerles material deportivo y un 5% en caso de vender al jugador.

b.- El presidente del Porteño en aquellos años ya no era Bonifacio Vega sino José Tejera, un alto cargo de Hacienda.

Se trataba de un hombre muy serio y respetable pero ponía como condición que de traspasar al jugador fuera para militar en el primer equipo y no en filiales.

Juanito Guedes le había prometido que de vestir otros colores serian los del primer equipo de la U.D. Las Palmas. De no ser de este modo prefería quedarse en el Porteño.

c.- Nosotros estábamos de acuerdo, pero el técnico Casimiro Benavente quería cederlo a un club de tercera con la finalidad de que adquiriera una mayor experiencia.

La falta de confianza del entrenador retrasaba las negociaciones. El presidente de la U.D. Las Palmas, Juan Trujillo Febles no sólo ordenaría su fichaje de inmediato, sino que al faltar sólo dos encuentros para terminar la Temporada 1960-61 le impuso jugar como titular para así poder observar sus verdaderas cualidades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Primer equipo juvenil ya configurada su plantilla. De izquierda a derecha, de pie: Torres, Celestino, Pepe López, Miguelín, Chicho Carrasco, Esteban, Pantaleón, Betancort y Carmelo Campos. De rodillas: Felo, Montero, Octavio, Pepito Reyes y Colacho Sacaluga.

 

Juanito Guedes no sólo no defraudaría a nadie en aquellos dos encuentros, sino que se convertiría en la figura del equipo.

Desde el primer día de su debut en el Alfonso Murube de Ceuta, Juanito Guedes sería titular indiscutible durante toda su trayectoria deportiva.

Me trataba con mucho respeto y afecto.

Cuando llegó mi hermano Paco la temporada siguiente le ayudaría lo indecible. Mi hermano había sido un gran jugador y podía haber sido por sus conocimientos un excelente técnico, pero era muy buena persona y en el fútbol si no tienes un carácter fuerte estas perdido. Me tenia a mi a su lado que no permitía la más mínima indisciplina, pero Juanito Guedes a pesar de su juventud sabia cómo intermediar entre jugadores y técnicos. Tenia una cualidad especial para llegar a todos y esa fue la razón para que mi hermano Paco y yo depositáramos toda nuestra confianza en él.

 

 

Su palabra era de ley y trataba de ayudar a todos en cualquier dificultad.

Lo de su fallecimiento fue un impacto muy doloroso. Juanito Guedes era como un hijo para mi y siempre estará presente en mis pensamientos. Tanto mi mujer como yo somos creyentes y nunca lo olvidamos en nuestras oraciones.

Como futbolista todos saben que yo sentía una especial predilección por la forma de jugar de Germán, pero tanto Juanito Guedes como Tonono eran insuperables.

 

Carmelo Campos y Germán Dévora, se abrazan efusivamente tras la consecución de un gol.

 

Si mi equipo no resultaba vencedor en el entrenamiento, de allí no se movía nadie (Carmelo Campos).

En la imagen, Carmelo Campos muestra su contundencia, mientras Juanito Guedes, conocedor de su vehemencia y competitividad retira la pierna con una sonrisa.