Un rubio de Arenales con exquisito trato de balón y visión de juego.
El entrenador Rosendo Hernández era proclive a dar oportunidades a los jugadores canteranos. Federico Melián había sido un gran puntal en la selección juvenil de Las Palmas, actuando como medio volante y el entrenador palmero pensó que podría salir airoso sustituyendo a Juanito Guedes en el primer encuentro de Liga ante el Atlético de Madrid.
Melián con semblante nostálgico trata de recordar aquel momento: ante todo, tanto a Carmelín como a mi nos sorprendería que Rosendo Hernández nos diera aquella oportunidad siendo aún juveniles y en un encuentro de tanta responsabilidad.
Para mi fue un honor inmenso sustituir a Juanito Guedes debido a su enfermedad, aunque por otra parte sabia que Juan era insustituible y yo quería que se recuperara lo antes posible. Juanito Guedes era todo en el equipo y la responsabilidad que caía sobre mi era muy grande. Era el verdadero ídolo de la afición y su liderazgo no se cuestionaba.
Antes del partido bajo a vestuarios y no paraba de darme ánimos y confianza. En los entrenamientos me corregía defectos y me pedía que me superara y tuviera una mayor capacidad de sacrificio especialmente en la recuperación del balón y en las marcas…no paraba de darme consejos aún sabiendo que yo lo estaba tratando de sustituir. Aprendí más con él que en toda mi vida deportiva.
No me permitiría el más mínimo fallo y me advertía que estuviese pendiente del juego desde la salida del balón. Allí, fundamentalmente me di perfecta cuenta que jugar en Primera División distaba mucho de hacerlo en juveniles. La intensidad y las exigencias son realmente siderales.
Su fallecimiento fue realmente doloroso, dado que para mi se había constituido en mi padre futbolístico, haciendo lo imposible por imitarlo. Tras su muerte, ya nada sería igual. El equipo, bajo las órdenes de Héctor Rial, estaba completamente roto y la temporada fue muy deficiente.