MARTÍN II

Martín Marrero de la Cruz

(MARTÍN II)

 

 

 

Un defensa transgresor que se adelantó a su época

Martín Marrero De la Cruz nació en Santa Cruz de Tenerife en 1945. Desde muy corta edad se observarían sus aptitudes para el deporte del balompié, iniciándose en el colegio de San Ildefonso en infantiles, en el juvenil Mestalla y destacando en el Juvenil Tarrasa y en el Regional Real Unión.

Martín II a su llegada a la U.D. Las Palmas.

De igual forma, se convertiría en el jugador más relevante de la Selección Juvenil Tinerfeña, donde ostentaba el brazalete de Capitan.

Aún en edad juvenil ficha el C.D. Tenerife donde militó dos temporadas en Segunda División. Sus excelentes actuaciones en la categoría de plata, hace que los rectores amarillos pongan mucho interés por adquirir sus servicios en unión del delantero José Juan.

Martín Marrero era un jugador que había ocupado diferentes demarcaciones en el terreno de juego, desde extremo a interior en labores atacantes o medio volante en funciones más organizadoras.

Su primer año en la U.D. Las Palmas en 1966/67 siendo dirigido por Juanito Ochoa, no fue excesivamente brillante dada la irregular temporada del equipo motivada por el servicio militar de sus mejores jugadores y el planteamiento táctico de Juanito Ochoa, muy lejos del fútbol canario.

Sin embargo, en la temporada siguiente con Luis Molowny, Martín II destapaba el tarro de sus esencias convirtiéndose en una de las estrellas del conjunto amarillo.

Su cambio a la demarcación de defensa por ambas bandas fue un gran acierto, dado que era un defensa con proyección ofensiva, sin olvidar el marcaje.

Su rapidez en banda y sus centros fueron muy celebrados por la afición. De igual forma, su entendimiento con Juanito Guedes era digno de admiración, llevando mucho peligro al marco contrario.

No era de extrañar que aquel lateral valiente y transgresor en su forma de jugar fuera llamado a la Selección Nacional Absoluta ante Bélgica, en un encuentro en el que también había sido seleccionado Juanito Guedes.

Tras el fallecimiento de Juanito Guedes el equipo pasaría por un gran bache anímico que afectaría sustancialmente en el terreno deportivo. No obstante, tras la llegada de Pierre_Sinibaldi y la integración gradual de los jugadores argentinos le daria la oportunidad a Martín de volver a participar en competiciones europeas.

Tras su retirada del fútbol activo pasó a realizar funciones de entrenador en su isla natal, teniendo en su palmarés un ascenso a Segunda División.

Tuvo como entrenadores en el C.D. Tenerife a Satur Grech y Joseito.

 

 

Formación de la U.D. Las Palmas ante el Sabadell C.F. en el Estadio Insular en la temporada 1968/69. De izquierda a derecha, de pie: Oregui, Aparicio, Tonono, Martín II, Castellano y Guedes. De rodillas: León, Niz, Gilberto II, Germán y Gilberto I.

 

 

El defensa amarillo II fue un verdadero precursor de las innovaciones tácticas, adelantándose a su tiempo. Se incorporaba con facilidad al ataque, convirtiéndose en el verdadero extremo amarillo. En la instantánea, inaugurando el marcador frente al Zaragoza con un tanto de bella factura.

 

 

Martín Marrero pugnando un balón con dos delanteros del Atlético de Madrid.

 

El defensa Martín Marrero en disputa de un balón en el nevado campo del Twente de Holanda (29/11/1972).

 

Martín Marrero recibe los atentos cuidados de Pepe González, días antes del encuentro de Hertha de Berlín.

 

 

Juanito Guedes le convertiría en el falso extremo del equipo amarillo entregándole el balón en horizontal a su demarcación de defensa para iniciar su veloz carrera.

El verdadero extremo León no obstaculizaba la jugada incorporándose al centro del área.

Martín llegaba normalmente a la demarcación de interior o a la línea de córner desde donde centraba ofreciendo posibilidades de remate no sólo a los espadas del equipo sino a Juanito Guedes y Germán que eran excelentes rematadores incorporados al ataque.

El excelente defensa lateral amarillo Martín Marrero, vistiendo los colores de la Selección Española tras su regreso de su encuentro de la selección en Bélgica.

 

 

 

“A pesar de su edad era para nosotros un padre ya que tenia una madurez impropia dada su juventud.

Sabia que cuando Tonono controlaba el balón en la defensa, lo buscaba y yo y León le leíamos el pensamiento ¡Que gran futbolista Juanito Guedes!

De él podría contar innumerables anécdotas con la Selección nacional el día de mi debut ante Bélgica en Lieja. Se produjo una especie de encerrona.

El árbitro nos masacró a faltas y en el segundo tiempo terminaría expulsando a los defensas del Barcelona, Gallego y Eladio, que estaban muy compenetrados. Como consecuencia de ello tuvo lugar un escándalo mayúsculo con cargas de la policía contra los jugadores españoles. ¡Nunca he visto algo semejante!

Los jugadores sentimos un temor atroz ya que allí podía haber sacudido cualquier cosa.

Juanito Guedes, que no llegó a jugar en aquel encuentro, se pondría en la puerta de vestuarios y miraba sin pestañear a los policías y forofos vandálicos de la selección de Bélgica.

Su actitud era tan firme y valiente que nadie se atrevió a entrar desalojándose la zona de vestuarios paulativamente.

¡Qué personalidad la suya!

Me enseñó que en la vida, especialmente en el fútbol te ves obligado a tener ese punto de valentía en determinados momentos”.

 

 

 

Martín Marrero De la Cruz, posando para la cámara de Hernández Gil en un entrenamiento nocturno en el Estadio Insular.