TRONA
No era una estrella rutilante, pero sí una luz permanente

Yo había llegado al club en 1969 cuando Juanito Guedes jugaba ya sus últimos años. Sin embargo, dado que todos los jueves por la tarde había partidillo con los equipos regionales por la tarde y yo pertenecía al Juvenil A de Las Palmas, uno de los clubes más solicitados para los partidillos era el Artesano.
Recuerdo que los titulares de la U.D. Las Palmas se empleaban en aquellos encuentros de entrenamiento como si se tratara de un partido oficial y normalmente los equipos regionales salían goleados.
La entrada a los entrenamientos no era a puerta cerrada. Dado que éramos simplemente juveniles, los aficionados no veían de buen grado que los jugadores titulares del primer equipo se emplearan con excesivo ardor, sin embargo hay que reconocer que los entrenamientos son un reflejo de lo que vas a realizar el domingo siguiente en el partido oficial.
Juanito Guedes me daba muchos consejos y ponderaba mi juego. Sus palabras de ánimo me daban mucha moral.
Luego, al ingresar en el primer equipo, Juan nos dio toda una lección de compañerismo a todos los jóvenes que nos habíamos incorporado.
Todos procedíamos de familias humildes y algunos eran mantenedores de sus casas. Y no llegábamos a ganar cinco mil pesetas al mes.
Un día, Juan me preguntó qué mensualidad teníamos , quedándose perplejo cuando le hicimos saber las cantidades que ganábamos. Prometió solucionarlo y lo cumplió debidamente, dado que a los pocos días, un empleado del club, nos hizo llamar a la secretaria general de la entidad con la finalidad de informarnos de la nueva subida salarial que ascendería a doce mil pesetas.

Aquello fue para nosotros como ganarnos una lotería.
El club estaba en su mejor momento deportivo y al poco tiempo se inauguraría la nueva Sede de Pio XII, nº 29.
Juanito Guedes era ante todo una persona solidaria y humana. Un verdadero compañero en todos los conceptos.
En la temporada 1969/70 subimos algunos jugadores canteranos del primer equipo, yo jugaba como delantero centro, sustituyendo a José Juan marcando algunos goles decisivos.
A la temporada siguiente, tras la enfermedad de Juanito Guedes, el canterano Melián comenzó a jugar de medio volante.
La reaparición de Juanito Guedes ante el Athletic de Bilbao fue en loor de multitud.
No obstante, aquel momento cumbre no tendría larga duración, jugando su último encuentro ante el Real Club Deportivo Español en el Estadio Sarria.
Se dio la coincidencia que el siguiente encuentro ante el F.C. Barcelona, en el Estadio Insular, partido que le hubiese encantado participar a Juanito Guedes.
Tras el doloroso fallecimiento de Juanito Guedes, yo pasaba a ocupar la demarcación de medio volante.
En realidad, era una quimera dado que un jugador de la calidad de Juanito Guedes es imposible de igualar en lo fundamental.
El equipo notó excesivamente su ausencia y de prolongarse la liga estaríamos apunto de descender.
Juanito Guedes ha sido inolvidable en sus valores deportivos y concepción humana.





